El local estaba repleto de personas, no diferenciaba bien quién era quién, excepto en la sección en donde yo estaba. Iván y Amelia al rato se despidieron de mí y se fueron a bailar juntos. Me quedé sentada un rato, viendo a las personas bailar y disfrutar. Estaba en una fiesta, la música estaba buenísima, tenía hasta alcohol en mi mesa, pero ¿por qué sentía que nada estaba bien? Suspiré cansada, quería bailar, divertirme, hacer de todo, pero no conseguía lo que realmente quería: Leonardo. Lo busqué con la mirada por todo el local por más de 15 minutos. Me había levantado de mi asiento y me había pegado al barandal que estaba en la zona VIP para ver hacia la pista del baile. No podía ver ni a mis amigos. Me acerqué nuevamente a mi mesa y tomé otro shot de licor que nos habían traído