Lo único en lo que puedo pensar cuando Esteban me pasa a buscar es en que tengo ganas de vomitar a causa de los nervios. Él me mira desde el umbral de la puerta como si yo fuera una diosa y me sonrojo. Lila vino hace un rato para peinarme y maquillarme y la verdad es que hizo un buen trabajo. —Mis padres ya bajan —digo—. Mi papá no encuentra su corbata favorita. Se ríe y asiente con la cabeza. Me acerco a él y nos abrazamos por un instante. Lo que me dijo hoy en el probador me hizo abrir los ojos para que deje de ser tan insegura, él me ama. —Puede parecer una tontería, nos vimos hace como tres horas, pero te extrañé como un loco —murmura—. No veo la hora de que vivamos juntos, llegar a casa después del trabajo, hacerte el amor, después ver una película tirados en el sillón y volver