29

1701 Palabras

Me despierto con las piernas de Esteban sobre mi cintura, las sábanas enredadas en nuestras piernas y mi cabeza sobre su pecho. Aún duerme y se ve más relajado que nunca, por lo que no me atrevo ni a moverme para no despertarlo. Recorro su cuerpo con mi mirada, mis ojos se deslizan por su anatomía tan perfecta y trabajada. Me incorporo lentamente y él se remueve ligeramente. —¿Qué hora es? —pregunta en un murmullo sin despegar sus ojos. Miro el despertador. —Las ocho —susurro. Gruñe y se tapa hasta la cabeza con la sábana. —No quiero ir a trabajar —protesta como nene chiquito, lo que me hace reír y se vuelve a destapar para mirarme—. Esta vez no tengo que escaparme —agrega atrayéndome a él. Me besa con lentitud y lo acaricio—. Creo que en la empresa me van a estar esperando todos l

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR