Todos estaban ya sentados porque no había más por hacer, se sentían súper incomodos, todos, no había ningún ser en esa mesa que estuviese tranquilo, bueno, Paola; pero, ¿se la podía contar? Últimamente ella disfrutaba de sus acciones, de poner nervioso al resto con su presencia, y en esta ocasión, incomodos.
Como se suponía el rey se sentó en el asiento principal a la mano derecha su esposa, y así consecutivamente según el orden que Valeria misma creyó conveniente, pero no había separado un espacio para Paola como lo había hecho con el resto porque no esperaba que se uniera a esa reunión, realmente nadie lo esperaba, ni siquiera su mejor amiga.
Paola lo sabía porque lo que viendo que, coincidentemente uno de los asientos disponibles se encontraba frente a la de Valeria, tomó aquel luga
