■Tan dulcemente amargo■
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Connor curaba las heridas de Regina, sus delicadas y suaves manos estaban destruidas, eso pasaba cuando no se hacía correctamente, Connor lo sabía.
—¿Qué le dijiste a la policía?.
—Que perdiste tu billetera.
—Si te vuelven a preguntar, di que no sabes nada.
—¿Qué hiciste?.
Connor negó. —Regina…
—Dime Connor, por favor.
—No soy un buen hombre.
Regina lo sujetó del rostro con ambas manos y lo miró directo a los ojos. —Lo eres para mi, pero no puedo ayudarte si no se nada.
Un carraspeo se escuchó y ambos voltearon.
—¿Interrumpo?—preguntó Fits con una sonrisa perfecta en su rostro, Fits era ese hombre que inspiraba locura, se podía ver en sus ojos, en su sonrisa, en sus movimientos, Fits daba miedo.
—No, pasa— dijo Connor.
Él entró y m
