◾4.-Salamandra escurridiza ◾
Stella salió muy enojada, lo más raro era que ni ella misma sabía el por qué su disgusto. ¿Le habían dicho fea?, No, ¿Entonces que fue?, iba tan ahogada en sus pensamientos, que no notó al policía que estaba parado revisando a un hombre, chocó con su fuerte espalda y retachó hacia atrás, cayendo de nalgas en el pavimento, fue una escena muy graciosa para los pocos espectadores, el policía se giró y miró a la bonita joven que tenía una cara de dolor.
—¿Se encuentra bien señorita?— preguntó el policía y se apresuró a darle la mano para levantarla con cuidado, ya que traía un vestido muy corto y se le podría ver algo que no debía.
—¡Auch!, ¿Usted de que está echo?— preguntó Stella mientras lo miraba un poco enojada, no por que él se le atravesara, si no por que ella fue muy tonta y no lo vio.
—Se le llaman músculos niña—dijo otro oficial que estaba también en la escena, y que trataba de no reírse de la joven.
—Ven, dame la mano y levántate—dijo el policía con el que chocó, tenía una placa de color dorado, Shu–Wei Huang se leía en ella.
Stella se levantó del suelo y miró lo guapo que era aquel policía de piel bronceada y ojos grandes, y el uniforme le daba un toque aún más exquisito, pero aún con todo eso no le llamaba tanto la atención, no como el otro caballero.
—¿Te lastimaste?— preguntó Shu-Wey con una sonrisa impecable.
Stella sonreía con torpeza, y todo lo que hizo fue asentir como un muñequito cabezón.
—Creo que tiene una contusión— dijo el otro policía al verla actuar tan torpe, aunque no era nada raro de ver, púes su compañero tenía muchas admiradoras.
Qiang salió del restaurante y miró toda la escena con el ceño fruncido, “Olvídala Qiang, olvídala de una buena vez, toda ella grita, desastre”, se decía a sí mismo, aun no sabía por qué no la había matado, nunca antes se había encontrado en tal dilema, tal vez se estaba volviendo blando.
—No, creo que ella está bien—dijo el oficial Shu-Wey mirándola más detenidamente.
—Stella, déjame llevarte a tu casa— dijo Qiang y la tomó de un brazo con gentileza.
—¡No! —dijo Stella y entonces se dio cuenta de quién era la culpa, ese tipo entrometido tenía la culpa de sus desgracias, ¡no!, no de todas sus desgracias, pero si de algunas, Stella solo se engañaba a si misma y buscaba un culpable, pero en el fondo
sabía que aquel caballero era eso, un caballero.
Qiang solo la miró preguntándose si tal vez ahora sería más fácil dispararle, era más que obvio que ella no recordaba nada, era mas que obvio que ella era una metida de pata, y era más que obvio que solo le traería problemas, también era más que obvio que ella despertaba algo en él, algo que no le gustaba del todo.
—¿Lo conoces?— Preguntó el oficial Shu-Wey a Stella, mirando con un poco de sospecha a Qiang.
—No…bueno si…—respondió Stella recapitulando los hechos,
Qiang miró al oficial que trataba de escudriñarlo y ante su mirada empezaba a sentirse desnudo, se paró derecho y sacó su pecho demostrando que no lo intimidaba, sonrió con gentileza, y dijo: —Bueno, al menos déjame pedirte un taxi, solo para asegurarme de que llegues bien a tu destino—
Stella miró a Qiang, él en verdad era un hombre atractivo y gentil, se sentía muy tonta por actuar tan errática con un hombre desconocido, tenía que admitirlo, ella había sido muy grosera con él.
—Perdóneme señor Yang, me duele un poco la cabeza y fui muy grosera con usted, ya no le causaré más molestias, yo puedo tomar un taxi sola, gracias— dijo la Stella gentil y tierna.
Qiang asintió, aceptando sus disculpas y miró al oficial que aún lo miraba fijamente, asintió hacia él en forma de cortesía y se marchó a su auto, ya no había más razones para quedarse en aquel lugar.
—¿Oye Max, ese sujeto no se te hace conocido?— pregunto Shu-Wey a su compañero.
—¿Eres un poco despistado no?, Trabaja para Deishi Wu, esa maldita salamandra escurridiza—respondió el otro oficial,
Shu-Wey lo recordó entonces, miró a Stella y entrecerró los ojos. —¿De dónde lo conoces?—
—Me salvo anoche de unos tipos, y quería agradecerle invitándolo a comer—respondió Stella aún sintiéndose más mal, pues al final
no comieron nada.
—Ya veo, mantente alejada de él, puede traerte problemas— dijo el oficial en forma amigable, Stella no entendió ni tampoco indagó, solo asintió.
……… ..
Qiang estaba en su departamento haciendo su maleta para su viaje de “negocios”, sacó su teléfono y llamó a Huo Xing, —Viajaré en unas horas a Corea, regreso tal vez mañana o en la noche, aún no lo sé, así que ocúpate de todo en lo mientras….una cosa más, búscame un departamento lejos de esta zona—
—Si su majestad, ¿No quiere otra cosa?— pregunto Huo con sarcasmo.
—No, solo eso.
—El jefe quiere saber ¿Si ya encontraste a alguien para su terroncito de azúcar?— preguntó Huo.
—Tengo a alguien en mente pero aún tengo que hablar con él y convencerlo de contraer matrimonio.
—Bueno pues suerte— dijo Huo pensando que la necesitaría, ¿Quién en su sano juicio querría casarse con la hija de Deishi?.
Huo no lo podía ver pero Qiang tenía una enorme sonrisa en su rostro, “Pobre Huo espera y verás”, pensó él.
Qiang terminó la llamada y viajó a Corea, llegó por la tarde a un hotel donde hizo una llamada y esperó a que la gente de Zheng le trajera la información que necesitaba. Unas horas después ya se encontraba en un bar mirando a su objetivo.
Recordó a Stella cayendo al piso y no pudo evitar sonreír, se quedó serio y se enfocó en su trabajo o las cosas podían salir mal.
Unos momentos después …..
Qiang llegó con su paquete a un taller de autos y bajó del auto que se había robado, o como él le decía, “Un préstamo “, abrió la puerta trasera y sacó a su paquete, un tipo llamado Dae-Yeon,
—¿Qué fue lo que hiciste?, ¿Te acostaste con la esposa de alguien?— Preguntó Qiang sin esperar respuesta, habían pagado mucho por la cabeza de ese hombre, sin duda tuvo que hacer algo muy malo. Miró al hombre que fumaba en la entrada y sonrió.
—Señor Zheng, aquí está su encargo— dijo Qiang y dejó caer al hombre en el piso. Zheng le ordenó a sus hombres que lo metieran y se quedó mirando al joven bien vestido delante de él.
—Cualquiera pensaría que eres un universitario y no un matón—
—Me ofendes…¿Un matón?, Yo voy unos niveles más arriba—respondió Qiang con una sonrisa. —¿Qué quieres hacer con él? —preguntó y miró hacia donde amarraban a Dae-Yeon a una silla.
—No es para mí, fuiste contratado por alguien más, yo solo fui un intermediario— dijo Zheng y aspiró de su cigarro.
El efecto del paralizador que Qiang le inyectó a Dae-Yeon cuando lo capturó empezó a terminarse, y este empezó a gritar y retorcerse, Zheng miró a uno de sus hombres y le hizo un gesto, este solo asintió y le dio unos puñetazos en el rostro a Dae-Yeon para que guardara silencio.
—¿Quién pagará mis servicios?— preguntó Qiang un poco intrigado.
—Ya lo verás muy pronto— respondió Zheng y le dio un cigarro, Qiang lo encendió y empezó a fumarlo con tranquilidad, escuchó el sonido de un auto y minutos después miró a un hombre alto en traje n***o impecable y sin ninguna arruga, ¿Quién era él?, se le hacía conocido, pero no sabía muy bien de dónde, tenía mucho porte y sin duda ese hombre era alguien, bastaba con tan solo verlo para darse cuenta.
—Daniel, perdona que te hiciera venir tan tarde—dijo Zheng.
“¿Daniel?”.
—Él es Qiang Yang, el trajo a Dae-Yeon— lo presentó Zheng.
Aquel sujeto era muy intimidante, pero aún así Qiang se acercó e hizo una reverencia, no esperó que aquel tipo le correspondiera de la misma manera, pero igual sintió la necesidad de ser formal. Qiang había visto hombres mucho más aterradores, ya estaba tan acostumbrado a ese sentimiento que no tendría miedo si un león se parara frente a él.
—Él es tu empleador, Daniel Wong— dijo Zheng a Qiang.
—¿Daniel Wong?, ¿Usted es el dueño del grupo Lingshe S. En China?— Preguntó Qiang con curiosidad.
—Si— respondió Daniel en un tono áspero.
—Vaya, que pequeño es el mundo—dijo Qiang y de inmediato pensó en algo.
………..
Stella despertó el lunes en la mañana cuando su despertador empezó a sonar, bostezó y estiró sus brazos, se bajó de la cama y estiró todo su cuerpo, fue al baño y se metió a la ducha, se alistó como siempre para ir a la oficina, llegó al grupo Lingshe S. y saludó a las recepcionistas.
Se miraban emocionadas por algo. —Buenos días—dijo Stella.
—Buenos días— dijo una de ellas muy feliz.
—¿Qué ocurre?, ¿Por qué están tan felices?—pregunto Stella sonriendo, se estaba contagiando de la felicidad de las mujeres.
—Un poco más y hubieras visto a la hermosura que llegó— respondió una de las recepcionistas.
—¿A la hermosura?.
—Si, el presidente pidió verlo personalmente, creo que va a trabajar aquí, imagínense si trabaja aquí…ahora sí vendré con gusto a la empresa…
Stella solo sonrió y dejó a las mujeres seguir con su felicidad, subió al elevador y llegó al piso 47, fue hasta su cubículo y encendió su computadora, ella estaba en el área de diseño web, le gustaba mucho su trabajo, y sin más preámbulos se puso a trabajar y saludaba a la gente que iba llegando sin perder la concentración.
—¡Un momento su atención por favor!— dijo el gerente general de diseño gráfico el señor Zi-Rui Han.
Todos dejaron de trabajar y miraron al señor Zi-Rui.
Stella seguía con su atención en el computador pero estaba escuchando con atención.
—Como ustedes ya saben el señor Kuan Liu nos dejó hace unas semanas y su puesto quedó vacante, pues…les presento al nuevo director de ventas de nuestro departamento, el señor Qiang Yang—
Stella dejó todo y alzó la vista para ver si era el mismo y se tapó la boca al verlo, era el mismo tipo alto, guapo y arrogante. ¿Qué hacia él aquí?, ¿Qué no tenía su propia empresa?.
—Espero que le muestren respeto y poco a poco se vayan adaptando a él, y pues nada…bienvenido al departamento de diseño señor Yang— dijo el señor Zi-Rui.
Qiang miró a Stella y sonrió al ver su cara, sin duda esto iba a ser algo muy interesante…..
〰️Continuará 〰️