Capítulo 3 - Parte 2.

2191 Palabras
Alessandra. -¿Por qué demonios no me dijiste que él estaría aquí hoy a esta hora?- le pregunte entre dientes a Jules mientras me acercaba a su escritorio con los nervios de punta Algo que había aprendido en los escasos tres meses y medio de embarazo que tenía, era el sube y baja de emociones tan increíble que sentía dentro de mí, podía pasar de estar riendo a carcajadas a llorar desconsoladamente en una fracción de segundo, eso había aprendido a entenderlo, y a controlarlo, pero realmente en este momento yo sinceramente no sabia que hacer, por un lado quería gritarle a Jules por haberme ocultado la verdad, y porque la vida, el destino o lo que fuera hubiera decidido traerlo aquí justo hoy, por el otro sentía incertidumbre, una grande que me hacía sentir el estómago vacío, una que se preguntaba cual seria el siguiente paso de Nathaniel, y por otro lado, lo único que quería hacer era huir, lejos de ahí para así no tener que volver a enfrentarme a los ojos de Nathaniel Sobre todo, no tener que volver a toparme con esa acusatoria mirada en sus ojos, esa que me veía como si yo fuera de otro mundo, no en el buen sentido, como si no creyese lo que estaba viendo, como si de repente me hubiera convertido en un experimento del gobierno Su indiferencia me desarma, me hace sentir vulnerable, y estúpida, me hace sentir como una burbuja de cristal a la que le cuesta recomponerse, pero a la que le es muy fácil romperse, y de todo lo que he tenido que aprender a lidiar, Nathaniel es la única cosa que aún no soy capaz de controlar, y pensé que tenerlo lejos iba a disipar lo que sentía, pensé que este par de meses iban a hacer la diferencia, pero me he dado cuenta de que no, justo en el momento en que me he delatado, en que mi pulso se ha acelerado y mi corazón ha comenzado a palpitar muy de prisa No consigo olvidarlo, y quizá se deba a que en realidad no quiero hacerlo, pero de lo único que tengo certeza, es que ya no hay escapatoria, no voy a poder esconderme más de él, los vestidos anchos ya no servirán, él no se ira, y estoy segura de que espera una respuesta Esto era cuestión de tiempo, lo supe desde el momento en que vi esa prueba de embarazo, el problema es que yo no me siento preparada No aun -Yo estoy tan sorprendida como tú, tampoco sabía que estaría aquí- Me dice Jules muy bajito -¡Por favor Jules! Se que tu lo sabias, tu tenias claro que esto pasaría, después de todo has estado fastidiándome con el hecho de contarle la verdad- Espeto con frustración -Si, quiero que le digas la verdad, siento que es lo más justo, pero al contrario de ti, yo no pretendo tenderte una trampa, yo no voy a jugar sucio o a tus espaldas- Habla con voz firme, y eso me hace tambalear- Eres un adulto que sabrá como resolver sus inconvenientes, ya te he dicho que no lo sabía, lo lamento por ti si se ha acabado tu juego -Esta bien, Jules, no era mi intención ofenderte -Lo sé, pero a veces me parece que tienes que recordar que no estas en la facultad de señalar a nadie -Lo lamento-Suelto un bufido y me recuesto en el escritorio de ella, últimamente mi espalda baja me duele demasiado y me impide estar de pie por mucho tiempo -¿Qué vas a hacer ahora?- Me pregunta quitándose los anteojos color rojo fuego -No lo se -Tienes que hablar con el -Lo sé, sé que tengo que hacerlo incluso aunque no quiera -¿Vas a contarle la verdad? -¿Crees que tenga otra alternativa? -No -¿Por qué la vida tiene que ser tan complicada? ¿Qué paso con eso de nacer, reproducirnos y morir? -Tal parece que no nos contaron todo lo del medio- Ella suelta una pequeña risa tonta- Pero, de todas formas, siento que te estas ahogando en un vaso de agua -No Jules, se que todo esto parece estúpido, pero solo yo sé cómo me siento después de todo lo que ha pasado, no quiero que este bebe nazca con una madre y un padre que se odian, ¿Me entiendes? No importa que tan bueno sea Nathaniel con él, yo solo, no pensé que esto pasaría de esta forma… -Tu te encargaste de eso- Me dice ella, y aunque sus palabras suenan a reproche, parecen llenas de mas tristeza que otra cosa -Iré por un café mientras pienso que voy a hacer -No se te ocurra tomar un taxi al otro lado del país- Me advierte -Dudo mucho que un taxi quiera llevarme al otro lado del país- Me burlo de ella- Pero tendré en cuenta tu consejo -Una cosa más- Me detiene-¡Deja de ser una completa cobarde, y mueve el culo a decirle la verdad! -También tendré eso en cuenta- Me doy media vuelta y presiono el botón del ascensor Una vez en la cafetería, pido lo más dulce que se me ha antojado, un latte de caramelo con crema chantilly y chispitas de colores encima, parece infantil y se que mi nutricionista no aprobaría esta bebida, pero siento que lo único que necesito ahora es algo que me recuerde que la vida todavía puede ser tan dulce y sencilla como este café Me como la crema y las chispitas primero, con la pequeña cuchara que me han dado, disfrutando de cada bocado, y pensando en que es lo que debo hacer, porque ciertamente no tengo ni la menor idea de como sobrellevar mi vida en este momento, tengo claro que es lo correcto, se que lo mejor sería decirle la verdad y salir de esto de una vez por todas, sin dejar lugar a los interrogantes, pero estoy tan asustada que me siento incapaz de siquiera pensar en esas palabras saliendo de mi boca Todo parece estar mal, todo se siente incorrecto, como si este bebe no debiera estar en mi barriga, como si Nathaniel no debiera haber llegado hoy, como si yo no tuviera porque estar sentada aquí en la cafetería del edificio tomando algo que fácilmente podría generarme diabetes, hasta el clima se siente mal, como si de repente fuera a caer una tormenta eléctrica que fuera a dañar las instalaciones eléctricas de la ciudad, desde mis ojos, no hay nada en su lugar Aunque para ser sincera, creo que quizá ha llegado la hora de admitir que lo único incorrecto y equivocado en todo esto soy yo en cuestión Yo, que no debí haber hecho parte del plan de papa Yo, que no debía enamorarme de Nathaniel Yo, que no debía traicionar a todas aquellas personas en mi vida que realmente me importaban   -Una elección bastante peculiar, diría yo- Nathaniel se sienta a mi lado, y yo me sobresalto al no haberlo visto venir -Si, supongo que algunas cosas han cambiado -¿Tu adicción al dulce es una de esas?- Inquiere golpeándome ligeramente el hombro -Eso parece- Yo sonrió con timidez y dejo la bebida sobre la mesa -¿Qué estás haciendo aquí? -Tomando café- Suelto tratando de no sonar tan obvia, parece que por primera vez en mucho tiempo, hablamos sin gritarnos, sin reprocharnos, siendo solamente dos personas sentadas en una mesa teniendo una conversación como cualquier otra Aunque yo en realidad tengo bastante claro que esta conversación no es una cualquiera, son bastantes palpables todas las dudas flotando alrededor de nosotros, casi como si quisieran acosarnos y decirnos que en algún momento deberemos obtener respuestas de preguntas que ninguno quiere hacer -¿Y tú? ¿Qué haces aquí? - Inquiero despacito -Yo no vine solo por café- Suspira- Jules me dijo que estarías aquí y he venido a buscarte -Comprendo- Asiento, bajo la cabeza y miro instintivamente a mi barriga que sobresale del vestido azul que llevo puesto -¿Sabes Alessandra? En el avión, cuando estaba de camino aquí, tuve un sueño contigo -¿Qué pasaba? ¿De repente desaparecía de tu vida? - Pregunte con sarcasmo, sin embargo, el frunció el ceño y no pareció que aquel comentario le hubiera hecho nada de gracia -No, todo lo contrario- Me miró fijamente- Soñé que intentábamos aclarar las cosas, que me decías la verdad, y que yo te creía…Soñé que te perdonaba- Me dice, mientras yo trato de acallar a mi corazón que golpetea con fuerza contra mi pecho -¿Y qué piensas al respecto? -Que por mas que quiera, no puedo visualizarnos en esa situación -El que me perdones es una decisión, Nathaniel, no se trata de nada trascendental, se trata de que decidas creerme, y que ya está, no puedo decir que las cosas volverán a ser como antes, sobre todo, porque no se si eso es lo que tú quieres, pero pueden ser diferente a esto- Hago un ademan con la mano refiriéndome a nosotros -Pensé en eso, durante algún segundo me dije a mi mismo que te perdonaría, pero entre mas lo pienso, menos sencillo me parece, tu rompiste algo que yo consideraba sagrado, destruiste la única cosa en el mundo en la que yo confiaba, y sinceramente no creo que haya una forma para que yo pueda obviar eso -No tienes porque hacerlo- Dije con toda la sutileza que me era posible -Cierto, no tengo porque hacerlo, pero el quid de la cuestión, es que siento que, aunque quisiera, tampoco podría, se ha acabado Alessandra, nos hemos acabado nosotros, se ha terminado lo que teníamos, y ya es hora de que ambos hagamos algo al respecto y sigamos adelante -¿Qué quieres decir con eso? -Que ya no quiero seguir en esta estúpida guerra, que nos limitemos a cumplir con nuestras partes del acuerdo, tu estarás aquí lo necesario, y yo me limitare a hablar contigo de temas meramente laborales, no te repechare nada más, no te echare en cara todo lo que vivimos, ni todos los errores que se que ambos cometimos, debemos aprender a vivir con las consecuencias y errores de todo lo que paso sin que eso implique amargarnos la vida -¿Errores?- Pregunte con intriga -Si, me refiero al bebe- Él señala con la cabeza hacia mi barriga, y yo me siento como si me hubiera dado una patada, esta hablando de mi bebe como si fuera lo peor que le hubiera pasado en la vida, y ni siquiera sabe que es de el -Te equivocas, Nathaniel, este bebe no es tuyo- Le miento -Estuve haciendo cuentas, Jules me dijo que tenias casi cuatro meses de embarazo, concuerda con nosotros, y yo no me quitare la responsabilidad de encima, a ese niño no le faltara nada -Las cuentas también concuerdan con Adler -¿Adler?- El me mira como si no creyese lo que yo le decía- Pensé que no te habías acostado con Adler -Te mentí -¿Entonces el bebe es de Adler?- Me pregunta y por un momento creo que se le esta quebrando la voz -Si Nathaniel no responde, simplemente suspira, y yo me siento en la obligación de decir algo -Eso ha de tranquilizarte, ¿No es así? Ya no tendrás que cargar con este error -Estas en lo correcto- El frunce los labios- Esto hace más sencillas aun las cosas, ya no hay nada que pueda atarnos, a parte del acuerdo pactado, una vez se cumpla, ni tu ni yo tendremos que vernos las caras- Él no esta gritando, no me esta insultando, no esta haciendo nada indebido, sin embargo sus palabras se sienten como las mas dolorosas que yo he oído nunca -Si es lo que quieres- Yo siento que mis ojos se empañan, y entonces miro hacia otro lado para que no vea las lagrimas que se asoman sin permiso -Lo mas sensato es dejar ir todo lo que ha pasado, y por eso tengo que darte esto- El se mete la mano al bolsillo de su abrigo, y saca una caja de terciopelo n***o -¿Qué es esto? -Esto es algo a lo que tengo que dejar de aferrarme- Yo lo miro un segundo y abro la pequeña cajita donde brilla un anillo de compromiso Y entonces es imposible no llorar, y no sentirme miserable, es imposible no sentir dolor, y no querer gritar, el mundo gira a mi alrededor, y yo me he quedado paralizada en medio de el -Yo no puedo quedarme con eso- Yo pongo la cajita sobre la mesa, me levanto de mi asiento, y entonces lloro como siento que nunca he llorado en la vida, me duele el corazón y me duele el alma, es un dolor indescriptible, uno que realmente no sabía que una persona podía llegar a sentir, me llevo una mano al vientre, y sigo sollozando mientras camino a no sé donde Creo que por primera vez veo las cosas con claridad Entiendo todo el dolor que he causado, y entiendo el chiste de la vida en si misma Nathaniel me ha dado ese anillo porque se ha acabado, no porque quiera olvidarme, si no porque ha dado el primer paso para hacerlo, sin preguntar, sin titubear, solo lo ha hecho.   
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