En un salón tan abarrotado que deja solo un pequeño espacio para caminar, Robert Daemonium se pone de pie.
– Le doy la bienvenida a mi hermana, la princesa Carolina, tuvo un viaje difícil y espero que pueda descansar – dice en voz alta para hacerse escuchar por encima de los murmullos – con respecto al reino de Darlack, no se tomarán medidas, la embajada, la academia de velid y todos los puntos de control serán evacuados, el dominio de nuestro vecino del sur será regresado al virrey Bossel y sobre mi hermana Violeta, nadie la buscará ni tratará de encontrarla.
Carolina sonríe y cruza los brazos – ¿con qué derecho das esa orden?
– Con mi derecho como gobernante de Selder.
– La corona te queda muy pesada y tu cabeza es muy pequeña hermano – se burla y da la vuelta – todos aquellos que es
