Ya ha anochecido cuando llego a Casa Real con el equipaje para nuestro fin de semana en Kentucky.
Luke se acerca a mí llevando vaqueros oscuros, una camiseta blanca y su calzado thursday. Debo admitir que Luke es todo lo contrario a los hombres que me rodearon antes, y no es que me queje; al contrario, es como un soplo de aire fresco en todo esto que estoy atravesando.
—¿Lista para la cena? —Inquiere Luke después de dejar mi equipaje arriba.
—Depende, ¿con qué planeas alimentarme? —me da una mirada sugestiva que me hace rodar los ojos. —Hablo de comida real.
—Esa también es real —Chasquea los labios haciéndome reír cuando tira de mí hasta el jardín donde cerca de una fogata se encuentra una mesa servida para dos.
—Lindo —digo en voz baja mientras lucho con los tacones mis botas enterr
