La boca de Luke se desliza por mis pechos y ahogo una risa cuando muerde mi costado. —Necesitas levantarte y empezar tu día, —farfullo sin mucha convicción. —¿Estás diciendo que me niegas un mañanero, mujer? —replica y desciende hasta hacerse espacio entre mis piernas. —O temes que tu madre se entere de que no dormiste bajo su miro techo —se burla antes de chupar mi centro que llora de necesidad por él. —Cielo, primero es muy ordinario eso de rapidito, por otro lado, soy una mujer adulta e independiente, no hay nadie que me diga que hacer —suelto un suspiro y me muevo contra la boca prodigiosa de Luke que me come con abandono. —Bien, creo que podemos demorarnos un poco más —susurro antes de dejarme llevar por el momento. Pero somos interrumpidos por el sonido de mi móvil. —No responda