—Bien, ahora hablemos —escucho a Luke mientras me arrastra hasta su cuerpo y me envuelve sin darme escapatoria. El sol está ocultándose y sé que debemos irnos, él sabe que no podemos quedarnos. «Lo último que deseo es preocupar a mi madre.» —Ya creo que lo hemos hecho, —murmuro cuando siento su mano acariciando mi espalda desnuda. —Aún no aceptas mis disculpas, ¿no es así? —Puede ser… Le escucho resoplar. —Pero vas por buen camino—, oculto una sonrisa. Me siento sobre la cama alejándome de este y viéndolo desde mi posición. Bajo su atenta mirada alargo la mano, tomo la camiseta que descansa en la orilla de la cama y me la pongo. —Supongo que tendrás que llevarme a cada de Dariel así. —Sam… —No voy a huir, menos me iré. Pero cielo, no puedes tenerme aquí encerrada, —señalo —ademá