Punto de vista de Lilith
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El jardín era un paraíso que nunca había visto, pero al mismo tiempo sentía que pertenecía allí. El césped era de un verde tan intenso que parecía sacado de un sueño, y flores de todos los colores se extendían hasta donde alcanzaba la vista. Un riachuelo corría suavemente entre las piedras, su murmullo creando una melodía serena que me envolvía en una paz absoluta. El aire olía a primavera, a libertad, a algo que no sabía que había perdido hasta ese momento.
Caminé descalza por el césped, sintiendo su frescura bajo mis pies, mientras una extraña sensación de calma llenaba mi pecho. Era como si todo el dolor, todo el miedo, se hubiera desvanecido. Pero había algo más, una sensación persistente de que no estaba sola.
Entonces la vi. Una figura
