Narra Catelyn:
Esta loco, Ángel definitivamente enloqueció, un novato sin entrenamiento alguno no resistirá tres días en aquel lugar. Según lo que dijo el director él no venía de ninguna otra escuela, esta es la primera vez que ingresa a una escuela como esta, pese a aquello tiene un gran potencial a la hora de hacer estrategias aunque el asegura saber pelear.
Si entra por esa puerta es poco posible que salga con vida.
Ninguno de nosotros ha entrado a ella, los rumores dicen que varios entraron, pocos salieron en buen estado.
—Ambos están completamente locos—bufo de solo pensarlo, me hierve la sangre, Ángel no es de los que se comportan de esa manera—uno por poner la prueba y él otro por orgullo al no dejarlo.
Camino con rapidez por los pasillos, mientras ando por ellos, de pronto los murmullos de algunos estudiantes me detienen, lo que dicen me llama la atención.
Lo has oído, el nuevo será llevado al peor lugar y no tiene entrenamiento—dice una de las estudiantes—seguro morirá.
¿Tan rápido ya se han enterado algunos?
No, imposible, no había nadie que no fuera del equipo en la sala en la que hablábamos.
Alguien tiene que haberles dicho, solo nosotros lo sabíamos, dudo que Dan o alguno de nuestros compañeros hayan hablado, entonces a lo lejos veo caminar a Ángel con una sonrisa, corro inmediatamente hacia a él y lo detengo frenéticamente metiéndome en su camino.
Sin duda, tiene que haber sido él.
¿Quien lo haría sino él?
—¿Has sido tú verdad?—siseo con enojo y frustración mirándolo a los ojos.—tenías que decirles—le encaro en voz un tanto alta.
Y si fui yo ¿qué?—demanda con autoridad, soltándose con rudeza de mi agarre—No he reconocido a ese chico como parte de mi escuadrón y no lo hare.—remarca cada una de sus palabras.
Este no es el Ángel alegre que conozco, esta persona luce totalmente diferente al de siempre, lo desconozco.
¿Donde esta la persona empeñada en cuidar de nosotros?
—Tú no eres así—intento tomarle la mano pero simplemente la aleja de mala gana, lleva su mano a mi mejilla y la acaricia—Catelyn, no lo olvides—murmura haciendo suaves caricias en mi mejilla—Estas aquí por esos monstruos, para ganar debemos tener a los mejores y hay que comprobarlo.
Manipulación.
¿Enserio, quiere manipularme de esta manera?
¿Quiere hacer uso de mis recuerdos para lograrlo?
Alejo su mano de mi mejilla de manera rápida—No me manipules—bofiro con enfado y niego—Una cosa es que quieras poner a un novato en una dificultad como esa en su primer día, otra muy distinta que metas a esos bastardos—intento calmarme más no puedo—Dime... ¿No somos diferentes a esos monstruos verdad?
Mi pregunta hace que él retroceda unos pasos y me mire mal—nosotros no somos como esos "Repugnantes seres"—eso se esfuerza en señalar más sin embargó desde un tiempo atrás lo he pensado "no somos tan diferentes a esos que llaman "monstruos"
Después de todo nosotros también estamos matando con la diferencia que nosotros lo hacemos llamar "justicia" y ellos no lo llaman de ninguna forma.
Simplemente hacen lo que quiere contalde vivir.
¿No somos nosotros los villanos?
Entró a mi habitación y me recuesto inmediatamente sin siquiera querer pensar en nada, hace un buen tiempo en que no pensaba y hoy varias cosas me atormentan desde la tarde.
Tarde que temprano él será expuesto ante ellos, en unos días un novato probablemente morirá en aquel lugar.
La culpa me come por dentro.
No puedo hacer nada, no puedo ir en contra de la decisión del líder, ir en su contra es una sentencia a muerte y yo no quiero morir antes de lograr mi meta.
Narradora:
*tres días después*
Por la mañana Jordán se encontraba a punto de entrar a aquel lugar que todo mundo solía llamar «Tortura», el sitio donde muchos no han salido sin daño, uno en el que se puede perder incluso la estabilidad emocional.
La mayoría de los que estaban reunidos esperaba ver desesperación en la mirada del joven más sin embargó esta se encontraba vacía, no había temor, ni desesperación simplemente no había nada en ella.
Para el príncipe esto solo era un juego mental más en la lista, un juego relajante que le haría pensar más acerca del porque estaba bien el ser como era actualmente, uno donde ponía sobre la mesa las acciones que había realizado junto a las consecuencias.
El chico ingreso y admiro cada parte del lugar acompañado del líder, este le puso cadenas como si de un prisionero se tratase, las cadenas eran ajustadas a su piel y le marcaba las venas, Ángel quería lastimarle y el joven lo sabía pero no temía a lo que fuera a realizar el líder.
—Si te largas puedes vivir—le menciono Ángel dándole a entender que lo quería fuera del lugar más sin embargó este le miro y respondió de forma altanera—"Amigo" solo disfruta lo más que puedas que al final del espectáculo está por venir la mejor parte.
La sonrisa socarrona del príncipe causaron más enfado en Ángel.
El lugar podría enloquecer a cualquiera, sin embargo a alguien que ya conocía de encierros y torturas simplemente no le harían nada.
Ángel le abandono ahí, rogando su muerte y su propia salvación.—Espero que nadie me descubra, pero si al menos consigo dejarle ahí por unas horas, sería lo suficiente para asustarle—pensó el líder—con unas horas debe ser más que suficiente.
Sin embargó no todo sale como se plantea y en esta ocasión el director había visto todo, no entendió porque el líder de ese equipo había hecho eso más sin embargó iba en contra de las reglas poner a uno de nuevo ingreso en una situación así.
Ángel debía ser sancionado sin importar que fuera un líder, vería cuanto podría aguantar porque lo mismo que él de nuevo ingreso aguantará tendría que soportar por cometer tal insolencia.
Alguien que lleva a cabo acciones sin avisar, puede volverse un enemigo sino tiran de su correa.
Narra Jordán:
«El dolor no existe, solo es algo mental, algo pasajero»
Siempre lo he pensado pero hoy nuevamente lo vuelvo a confirmar, el dolor no es algo existente, solo esta presente en la mente, duele porque sientes, sino sientes no duele.
El lugar de la prueba ciertamente no es lindo, tampoco es tenebroso, es como un manicomio, supongo que es para una tortura psicológica.
†Cadenas ajustadas
†Cuatro paredes
†Poca luz
Esto simplemente no sirve, ni funciona conmigo, es completamente ridículo querer atormentar a quien atormenta.
Me recuesto en el piso y cierro los ojos, mientras me olvide de ellos, todo estará mejor.
Flashback
Vamos Jor—menciona Jemery con una enorme sonrisa mientras me asegura—Jamás haría algo que te lastimara.
¡Traidor!
Esas palabras solo eran una gran mentira.
Fin del flashback
El mundo está podrido, siempre lo supe pero quise creer que todavía había personas que podían salvarse.
Y ese fue mi único error.
Intentar confiar cuando ni siquiera se puede confiar en tu propia sombra, si bien se dice, jamás se termina de conocer a alguien, entonces porque pensé ¿Qué habría de conocerle bien a él?
Flashback
—Soy tu hermano ¿vas a matarme?—cuestionó con esos ojos azules brillosos que me mintieron más de una vez viéndome cara a cara—¿vas a traicionar a tu familia?—me cuestiono hipócritamente
¿Familia? No eres mi familia, eres basura.
Solo voy a juzgar tus pecados—murmure calmadamente mientras le sonreí ladinamente y le confesé—Hermano, la familia también traiciona—de la misma manera hipócrita en que el me cuestiono.
Fin del flashback.
Esto es lo que más disfrutó, si lo recuerdo puedo ser fuerte, si lo recuerdo no habrá quien me gane, siempre y cuando tenga estas memorias seré invencible.
El hombre más fuerte tiene los recuerdos más dolorosos.
«si, yo lo dije, la familia no traiciona pero solo es siempre y cuando hayan vivido una miseria»
Solo quienes están destruidos y han sido traicionados no traicionaran a alguien porque saben lo que se siente, de lo contrario serán capaces de traicionar.
Dicen que: «El peor enemigo en un lugar como este es la mente porque juega contigo más sin embargó en un lugar así, mi mente siempre será mi mayor aliado.»
Me dirá que hice lo que pude, que hice lo correcto sin equivocarme.
Abro los ojos con pesadez y observo nuevamente el lugar vacío, normalmente los lugares de tortura tienen detonadores que son trampas.
—Debe estar por aquí—me digo a mí mismo buscando el botón que dé inicio a la verdadera diversión, estoy seguro que desde el otro lado de la pantalla él disfruta esto, le daré la mejor escena y solo para que recuerde que no debe jugar conmigo, tocó las paredes en busca del botón capaz de activar el sistema, después de unos minutos una enorme sonrisa se forma en mi rostro involuntariamente—la he encontrado.
Juguemos un poco.
—Emociónate líder—digo en voz baja