Es muy tarde como para retractarme. Pero bueno, él y aquella chica entraron a mi casa como si nada. Para hacer que, no lo sé… Pero lo averiguaremos. Abre la boca y me señala con un dedo inquisidor, pero se ve interrumpido en cuanto el profesor se gira y lo fulmina con la mirada. —Le dije que en silencio. Y vuelve a pasar, se endereza y asiente con la cabeza a modo de disculpa, para avanzar e irse al final de la fila. El profesor habla y habla mientras rayonea el pizarrón. Casi al final de la clase un último ejercicio capta mi interés, pero lo pierdo en cuanto noto lo complicado que va a ser resolverlo, y es aún peor cuando lo deja como tarea para el martes, cuando lo volveremos a ver. —Buen fin de semana, muchachos —nos desea en cuanto el timbre suena. Entonces se sient