Entro a la casa y mi madre está en la cocina.
—Ya ve a descansar mamá, es tarde.
Me entrega una taza de café y me hace señas para que me siente frente a ella.
—¿Pasa algo? —la interrogo preocupado.
—No hijo, solo quería decirte que hoy me sentí demasiado feliz.
La tomo de la mano y le doy un beso.
—No sé si tú lo notes Jonás, pero te ves diferente, te vistes diferente, sonríes más, como diría Lala, arrugas menos la frente.
Sonrío.
—Me siento diferente mamá, Ainhoa me hace ver el mundo de manera distinta.
—Se llama amor, hijo, amor verdadero.
—¿Cómo se puede enamorar en tan poco tiempo?
—Te diré lo que le dijo Lala a Bella hace un tiempo, disfruta de la vida, no pienses en el qué dirán o en qué es demasiado pronto. El amor verdadero no siempre llega y cuando lo tenemos enfrente,
