Salgo de la habitación, bajo a la sala y Joel está en la puerta. —Hola Joel, ¿cómo estás? —Bien Jonás ¿y tú? —Ya mejor. Tomo las llaves del coche. —¿A dónde vas? —me pregunta Brett que viene entrando. —Voy a ver si puedo traer a Santi. —Que te lleve Joel. —No es necesario. —Vamos Jonás, nada te va a pasar por una vez que alguien te lleve. —Tienes razón ¿vamos Joel? —Por supuesto. —Esa chica te está haciendo muy bien —dice Brett. —Aunque lo digas de broma. Camino a la salida con Joel. —No era broma —grita Brett sonriendo. Nos subimos a la camioneta y me siento al frente con Joel. —¿Cómo lo soportas? —Entro a los partidos gratis —bromea. —Buen punto, yo también lo aguantaría en ese caso. Le doy la dirección de Jazz y después de unos minutos estamos frente a la casa. —Si