Magnus no se podía quedar con la duda, necesitaba saber quiénes eran aquellas personas que estaban con Adelaida. Sabía que no debía de desconfiar de su propia pareja, sin embargo, las actitudes nerviosas y su lejanía le ocasionaba que pensara muchas cosas. El mafioso sabía a la perfección que si Adelaida se enteraba de lo que estaba haciendo, muchas cosas cambiarían entre ambos, pero no podía hacer más nada. Las manos del mafioso tomaron su teléfono y abrieron la aplicación de cámara, este comenzó a tirar varias fotografías hacia las dos personas que estaban acompañando a su pareja y cuando terminó marco el número de Adelaida. El típico sonido llegó a su oído, el tono se repetía una y otra vez, cosa que provocó que Magnus frunciera su ceño. Los ojos azules del mafioso habían observado co