Cuando me enamoré de Mateo, hubo un mundo de sensaciones que descubrí. En aquel momento pensé que todo era muy intenso ya que era la primera vez que me enamoraba, la primera vez que estaba con un hombre, y por supuesto porque era él. No es fácil confesarme a mí misma que me he vuelto a enamorar tan rápido y mucho menos admitir que Gabriel provoca todas estas cosas en mí, pero no puedo ignorar mis sentimientos y mucho menos cerrarle las puertas a las posibilidades de la felicidad que sé que tiene su nombre. Saco los almohadones de la cama para así acomodarlos en un rincón del cuarto cuando de pronto siento la puerta cerrándose y al voltear allí esta él. Su mirada me recorre de pies a cabeza y sonríe —Me empieza a gustar mucho ese camisón— Comenta finalmente haciéndome sonreír y sonrojar al

