Antes de llegar a este hermoso parque, hemos pasado por un café que según lo que me dijo Gabriel, es de sus favoritos. No podía decidirme porque elegir, pero finalmente opte por un croissant de chocolate y un crepe de fresas. Él, por su parte, ha elegido un croissant de jamón y queso junto con uno de almendras —¿Riquísimo? ¿No?— Me pregunta mientras que pruebo el café. —Exquisito, de lo mejor que he probado hasta ahora— Respondo sonriente mientras que lo veo cargando a Milagros —Si quieres, dame a la niña para que tu puedas desayunar— Le ofrezco y niega. —Disfruta, yo la cuido, es una niña muy buena— Me deja saber y sonrió. Los miro y es inevitable no sonreír al ver como ella lo mira, sonríe, y mueve su manito para acariciarle la cara ya que él la tiene entre sus brazos a la altura de

