Al día siguiente: 17 de octubre Los últimos días han estado llenos de felicidad. Con solo imaginarme lo que será la vida al lado de Gabriel, sonrió. Sin embargo, hoy la tristeza vuelve a ensombrecer mi camino. Lo único que pude hacer al levantarme, es dejarle una nota a Gabriel pidiéndole que cuidara a Milagros y que volvería en un par de horas. —Merci —le digo al vendedor mientras que me entrega el ramo de rosas blancas. Él me sonríe, y después de pagarle me alejo para continuar mi camino por las calles de la ciudad. Paso por las calles que rodean la catedral Notre-Dame de Rouen, y me acerco a la orilla del rio Siena hasta que finalmente encuentro un sitio tranquilo donde sentarme en completo silencio. Poco a poco saco las rosas del papel de celofán que las envuelve y al hacerlo no de

