Al día siguiente: 7 de noviembre Sus brazos me tienen rodeada de una forma que me hace sentir segura y como si esto no fuese suficiente, siento sus besos en mi cuello haciéndome sonreír. Es hermosa esta sensación de paz que él me trasmite, y tan solo espero que jamás se desvanezca. —Buenos días, esposa mía —me saluda y mueve mi cabello para poder besar mi hombro. —Buenos días, esposo —replico divertida. Siento sus manos en mi cintura y entiendo a la perfección que busca que me gire y así lo hago. Sus ojos negros se fijan en mi de una manera sumamente especial y siento como mi corazón se acelera con este simple gesto. —¿Has descansado? —averigua y muerdo mis labios mientras niego de lado a lado. —Digamos que no me has dejado dormir mucho —explico y ahora es él quien sonríe, pero lo h

