Tres días después: 10 de noviembre Los breves días en el paraíso han llegado a su fin, pero no estoy segura de que nuestra luna de miel haya terminado todavía. Dejar de besarnos, de tentarnos y de amarnos es simplemente imposible. Afortunadamente, hemos regresado a Rouen, y mi hermano y cuñada ya están camino a Miami, de no ser así no sé si hubiésemos podido quedar mucho más tiempo en un mismo departamento. Es muy extraño todo lo que nos está pasando, y es que de alguna manera los dos nos sorprendemos de esta montaña rusa de emociones que nos está sacudiendo a cada instante. Ni él ni yo entendemos como una pequeña chispa puede encender un gran incendio de la nada, pero es lo que nos está pasando y lo disfrutamos. —Hermosa, debo irme a la fundación —lo escucho decirme mientras me termi

