Graciela Hice un esfuerzo sobrehumano para que Vivi me perdonara el no haberle dicho la verdad sobre Adam y yo desde un principio. Me costó un mundo que comprendiera mi posición, aunque sé que era pedir demasiado. Finalmente aceptó que la culpa no era entera mía; él también le ocultó la verdad, sin ninguna razón de peso. Para que me disculpara, hasta tuve que ser su esclava por un mes completo luego de recuperarme de mi pie. De todas formas no me quejo, porque cuando hacía algo bien me recompensaba con chocolate. ¡Yo amo el chocolate! ¡Y amo a Lucas! Ahora más que antes, más que nunca y más que siempre, lo amo a tal punto que si me vendaran, me prohibieran respirar y me incapacitaran de todas las formas posibles, de igual manera llegaría a él, guiada sólo por mi corazón. Me he con