JOSHUA
"Mierda, es mi mamá, ¡tienes que esconderte!" Lucy me dice con los ojos bien abiertos.
"¿Esconderme? ¡No! No haré eso", le digo, y ella me dispara dagas con la mirada.
"Escóndete ahora o te juro por Dios que no volverás a poner un pie en esta habitación", exige mientras se pone rápidamente una bata de baño.
Pongo los ojos en blanco y trato de meterme debajo de la cama, pero es muy pequeña para mí, así que corro para meterme en el armario, que es, de nuevo, muy pequeño, me siento como en la casa de un hobbit, aunque, claro, todo esto es del tamaño perfecto para Lucy y su baja estatura, así que trato de meterme en el armario de lado para ver si encajo, el espacio es muy estrecho pero si me quedo lo suficientemente quieto creo que lograré que la puerta permanezca cerrada hasta que la mamá de Lucy se vaya.
Lucy mira nerviosamente mi escondite improvisado antes de abrir la puerta:
"Hola mamá, me estaba preparando para dormir, ¿cómo estuvo el trabajo hoy?" pregunta de una manera falsamente relajada y su madre frunce el ceño.
"Te escuché gritar, ¿está todo bien?" Pregunta la Sra. Díaz.
"Sí, sí, todo está perfectamente bien", dice Lucy.
"¿Pero entonces qué fue ese ruido?" insiste su madre.
"Oh, eso, pensé que vi una cucaracha, pero era solo una mancha en la pared, ya sabes cómo me llevo con esos repugnantes bichos", dice Lucy sacudiendo la cabeza en lo que parece ser una expresión de disgusto.
Y su expresión me recuerda la fobia que le tiene Lucy a las cucarachas, ama a todos los animales y a los seres vivos en general, por eso sé que será la mejor veterinaria de todas, pero las cucarachas son como su némesis, ella siempre las ha odiado y las teme desde que es pequeña, y las cucarachas a su vez, se han ganado con méritos el odio de Lucy, ya que no pocas veces la pobre ha tenido encuentros desagradables con esos bichos.
De hecho, no creo haber conocido nunca a nadie que haya tenido tantos incidentes con cucarachas como Lucy, parece que ella está envuelta en una guerra con esos seres y ellos, a su vez, responden con la misma fuerza; sí, Lucy los repugna tanto que nunca ha podido acercarse lo suficiente para ni siquiera matar a uno; un hecho que su madre conoce perfectamente bien.
"Ay Mija, sí, ven, déjame ver si la encuentro y te la mato", dice su madre, y Lucy se tensa.
"No, no, ya te dije que me había equivocado y que solo era una tontería, no te preocupes mamá, es mejor que te vayas a la cama ahora, debes estar cansada", dice Lucy y la señora Díaz parece considerarlo por un momento antes de sonreír débilmente y decirle buenas noches a su hija.
Después de que la madre de Lucy se ha ido, ella cierra la puerta y va hacia donde estoy parado conteniendo la respiración, abre lentamente la puerta y me ve ahí parado muy rígida, supongo que debo estar sudando y mi cara debe parecer un poema porque como tan pronto como Lucy me ve, no puede contener la risa.
"No es gracioso Lu, nunca antes me había tenido que esconder en el armario de una chica" me quejo y parece que el recuerdo de mi extensa lista de conquistas causa molestia a Lucy que ya no se ríe, sino al contrario, frunce el ceño.
"Es tu culpa por colarte en mi habitación", me dice antes de darse la vuelta y volver a abrir la puerta con cuidado para mirar por el pasillo, supongo que quiere verificar que no hay nadie antes de echarme de su habitación, pero ya que logramos engañar a la Sra. Díaz por ahora, no habrá forma de que me vaya esta noche.
"Está bien, no hay moros en la costa, puedes irte", me susurra, abriendo la puerta y agitando la mano para que me vaya, pero me quedo quieto en mi posición y frunce el ceño una vez más.
"Joshua, vamos, debes irte", me ordena.
"No, claro que no, tu madre ya se ha ido a dormir, no habrá problema si me quedo aquí esta noche", le digo, dirigiéndome hacia la cama y ella abre los ojos.
"¿Pasar la noche aquí? ¿Te has vuelto loco?" murmura y mira nerviosamente al final del pasillo.
"Lu, vamos, no pasará nada, déjame dormir aquí y me iré por la mañana después de que tu mamá se vaya a trabajar" le suplico y ella se queda callada un momento reflexionando sobre mis palabras, así que acaricio la cama a mi lado invitándola para que se acueste y ella vacila un momento antes de cerrar la puerta y dirigirse a la cama.
En cuanto ella está acostada a mi lado, le quito la bata y comienzo a besarla, cuando mis labios hacen contacto con su cuello ella gime suavemente, y tengo que detenerme para decirle:
"Shhh, no puedes hacer ningún ruido, o nos descubrirán"
"Está bien, no haré ruido", dice con las mejillas enrojecidas y se ve tan hermosa que no puedo evitar besarla una vez más.
"¡Sí, claro! Me gustaría que lo intentaras, señora ruidosa", le digo en broma, y ella se sonroja aún más.
"¡No soy ruidosa!" ella protesta.
“Claro que sí, lo que pasa es que no lo notaste cuando estábamos en medio de la nada, pero aún cuando ame tus gritos y gemidos, y créeme cuando te digo que me encanta escucharlos, debemos estar muy callados, ¿crees que puedes hacerlo?” bromeo y ella se enoja conmigo.
"Bueno, entonces, será mejor que no hagamos nada y ya está!" me dice, y me río tranquilamente porque sabía de antemano cuál sería su reacción a mi acusación.
Entonces, en lugar de responderle, empiezo a besarla de nuevo y no hace falta decir que pasamos toda la noche tratando de no hacer ruido, y aparte de la noche anterior cuando hicimos el amor bajo las estrellas, esta ha sido una de las mejores noches de mi vida.
Al día siguiente, me escapo rápidamente después de que la Sra. Díaz se haya ido a trabajar y antes de que Ben se despierte. Cuando llego a casa me voy directo a mi habitación a darme un baño y dormir un poco, porque anoche apenas pude dormir, solo pensar en eso me hace sonreír y camino distraído pensando en todo lo que hicimos con Lucy anoche, cuando de repente casi me choco con la Sra. Díaz, quien al principio me mira con desaprobación, sintiendo claramente que no pasé la noche en casa, pero rápidamente se recompone y me saluda cordialmente y luego se marcha apresurada.
Después de mi ducha, una de las criadas viene a tocar mi habitación, así que me envuelvo una toalla alrededor de la cintura y abro la puerta, la chica, que es solo un par de años mayor que yo, me mira con los ojos muy abiertos y luego se sonroja visiblemente mirando hacia el suelo.
"El amo Arlington solicita su presencia en el comedor", dice con voz temblorosa y yo frunzo el ceño, por lo que toma una respiración profunda para tomar valor, creo, y dice "Inmediatamente", antes de darse la vuelta y regresar por donde vino.
Suspiro de manera audible y me dirijo al armario para encontrar algo cómodo para usar y bajo las escaleras para unirme a mi familia en la mesa del comedor.
Nada más llegar a la mesa noto a mi padre con su característica sonrisa falsa de político, mi madre parece tensa y Zara visiblemente molesta, sus labios están fruncidos y sus brazos cruzados sobre su pecho.
"Bueno, aquí estoy, ¿para qué me llamaste?" Les digo mientras me siento y la sonrisa de mi padre desaparece.
"Buenos días a ti también", dice molesto.
“Buenos días, padre, madre, hermana…. Ahora, ¿para qué me llamaste?” Digo con ironía y él me frunce el ceño, mientras mi madre se tensa aún más y Zara pone los ojos en blanco.
"Porque decidimos cambiar un poco las cosas respecto a nuestro tradicional Baile de Navidad, ya no lo haremos en la mansión, ahora será en el gran salón del club de campo", dice cruzando las manos sobre la mesa, un gesto que he aprendido a reconocer como un juego de poder, es su forma de demostrar que lo que dice no está abierto a discusión.
Ahora entiendo por qué mi madre está tensa, porque una de las tradiciones que más ama se ha convertido de repente en una reunión política, la reacción de Zara, sin embargo, me resulta más difícil de descifrar, pero al final, entiendo que debe ser por el mesero.
Seguramente ella no quiere que la persona que le gusta sea la que atienda a sus invitados, ¿o tal vez planeó invitarlo igual como yo lo hice con Lucy? No creo que sea así, Zara no se atrevería a llevar a alguien como Tom al Baile de Navidad.
Cuando decidí desde muy joven que los negocios familiares me interesaban menos que la política, ella ha hecho todo lo posible para demostrar que puede ser una digna heredera de la empresa familiar -que actualmente dirige mi tío-, por lo que traer a un mesero del club como acompañante causaría revuelo en nuestro círculo social y por tanto, pondría en riesgo su futuro en la empresa.
"¿Y eso qué tiene que ver conmigo?" Pregunto molesto.
"¡Tiene todo que ver contigo, joven!" dice mi padre levantando la voz, pero una mirada de mi madre lo calma lo suficiente como para seguir hablando, “Como parte de la familia anfitriona, se espera que traigas una compañía adecuada, así que he hablado con el Sr. McMillan y él está más que encantado de aceptar que su hija Kate sea tu cita para el baile."
Esto debe ser una maldita broma, veamos qué piensa de quien yo considero como una compañía apropiada.
"De hecho, ya que lo mencionas, ya invité a una chica al Baile, y en mi opinión es más que adecuada", le digo sonriendo maliciosamente, mi padre palidece, mi madre sonríe dulcemente y los ojos de Zara se abren con incredulidad.
“¡NO TRAERÁS A ESA CHICA A NUESTRO EVENTO FAMILIAR! ¡NO LO PERMITIRÉ! ", Exclama mi padre enojado y la vena de su frente parece estar a punto de estallar, lo que hace que todo este circo valga la pena, me gustaría sacar mi teléfono y tomar una foto de él, pero creo que es mejor no hacerlo, no quiero que mi padre sufra un infarto prematuro, eso preocuparía mucho a mi madre.
"Bueno, entonces no voy" le digo simplemente.
"Escúchame, jovencito, la familia McMillan ha prometido hacer una generosa donación a mi campaña y no me importa cuál sea el estúpido juego que estés jugando con esa ... chica, no vas a arruinar mis planes, ni los tuyos, así que, si todavía deseas algún día poner un pie en esa estúpida academia de música, será mejor que llames a Kate McMillan ahora y le pidas que sea tu cita en el baile", dice levantándose de la mesa y yo también me levanto mirándolo con rabia.
Se da la vuelta y sale echando chispas de la casa antes de que pueda discutir con él sobre esto y pateo una de las sillas, luego me dirijo a las escaleras y puedo sentir que Zara y mamá me miran mientras me voy a mi habitación para cambiarme, necesito ir a la universidad y encontrar a Lucy para advertirle de lo que está a punto de suceder, y si ella no acepta ser mi cita en el baile después de que yo le diga esto, lo cual no sería extraño considerando la presión que estará sobre ella, entonces haré planes diferentes con ella y no iremos a ese estúpido baile después de todo.