EL LIBRO DE JOSHUA

CAPÍTULO TREINTA Y OCHO

LUCIA

Hoy es Día de Acción de Gracias, y ya que no es una tradición que se celebre en Colombia, tampoco se celebra en la casa de la familia Díaz, por eso siempre estoy libre en este día, y es habitual que haga un turno extra en el club, y como tienen muy poco personal ese día, pagan el doble por hora, lo cual es muy conveniente para mí porque necesito ahorrar dinero para los regalos de Navidad de mamá, Ben, mis amigos y por supuesto, Joshua, que es uno de los que más me preocupa.

¿Qué le das a alguien que tiene suficiente dinero para comprar todo lo que quiere?

Debo admitir que no es tan fácil trabajar un día como hoy en el club, porque hay muchas familias que reservan salones para sus cenas y el bar está lleno de pobres almas solitarias que no quieren pasar Acción de Gracias con sus familias, o simplemente no tienen a nadie con quien les gustaría estar, por eso es habitual que sean los primeros en emborracharse y a veces dan problemas, mi supervisora siempre me manda a atenderlos, porque dice que yo soy la única que puede tolerarlos.

Mi famosa paciencia me viene bien en días como estos, porque las propinas que recibo de estos casos difíciles son gigantes, solo necesito sobrevivir las próximas tres horas sin tirarle la bebida por la cabeza a algún borracho inapropiado y habré reunido suficiente dinero para comprar un bonito regalo para cada uno de mis seres queridos.

No es fácil concentrarme en la tarea que tengo por delante, ya que no he dejado de pensar en lo que pasó anoche con Joshua en su habitación; Después de salir de clase, me sugirió que fuera a su casa a ver películas, este se ha convertido en nuestro plan favorito, ya que tener una relación secreta no deja mucho espacio para salir a citas por toda la ciudad, cualquiera podía vernos y luego contarle a nuestros padres, más ahora que la campaña de su padre para convertirse en el próximo senador estatal está despegando y Joshua se está volviendo aún más famoso que antes, cuando la gente en esta ciudad solo sabía su nombre y que él era el hijo del gobernador.

En medio de la película, como de costumbre, Joshua dejó de prestar atención y se centró en mí, comenzó la sesión de besos y ligero toqueteo, como la mayoría de las veces, pero ayer fue diferente, generalmente podemos parar y seguir viendo la película, pero ayer no fue así, no sé si fue porque la película realmente no era buena, o porque por alguna razón es cada vez más difícil mantener la compostura con Joshua.

Anoche, a diferencia del resto de las veces, no detuve a Joshua cuando los besos comenzaron a hacerse más intensos, sino que seguí besándolo aún más apasionadamente que antes, lo que hizo que sus pantalones se apretaran aún más de lo que ya estaban y no pude contener el suspiro de placer que se escapó de mis labios cuando empezó a dejar un rastro de besos por mi cuello.

Cuando llegó al borde de mi escote, pude escuchar una voz gritando en la parte de atrás de mi cabeza diciéndome que lo detuviera y no lo dejara ir más lejos, pero esa voz fue rápidamente silenciada por el grito enloquecido de mis hormonas que tomaron la delantera.

Joshua me miró expectante antes de bajar la tira de mi vestido, como si esperara que le diera autorización para continuar y al ver que no lo detenía, bajó delicadamente una tira primero, dejando dulces besos en el lugar donde la tira estaba, luego me dio besos alrededor de mi clavícula hasta llegar al otro hombro e hizo lo mismo con la otra tira del vestido, luego de haber bajado las dos tiras, mi sostén de encaje n***o era visible y no pude evitar el temblor que sacudió todo mi cuerpo y mojó mi ropa interior cuando vi su mirada hambrienta luego de que notó como mis pezones eran visibles a través del encaje.

Joshua inclinó la cabeza y tomó uno de mis pezones en sus labios con la tela actuando como una delgada barrera, luego sacó la lengua y lentamente comenzó a trazar círculos a su alrededor haciéndome gemir de placer, cuando suavemente mordió mi duro pezón, no pude evitar el pequeño grito de placer que escapó de mi boca y Joshua soltó un suave gruñido cuando sus dedos hicieron contacto con mis bragas y notó lo húmeda que estaba.

En ese momento, todo lo que nos rodeaba había desaparecido y éramos solo Joshua y yo, besándonos, tocándonos y susurrándonos cosas dulces y traviesas en nuestro oído; pero el momento fue interrumpido justo cuando sus dedos intentaban deslizar mi pequeña tanga a un lado cuando mi teléfono comenzó a sonar con una llamada entrante de mi madre.

Tuve que respirar un par de veces antes de responderle y decirle que estaba de camino a casa, porque ella pensaba que estaba con Mia y se estaba haciendo bastante tarde; Esa llamada me hizo recuperar el sentido por un momento y pude mantener la cabeza despejada el tiempo suficiente para poder detener a Joshua y decirle que tenía que irme, al principio parecía bastante decepcionado e incluso molesto, pero luego rápidamente se recompuso y me acompañó hasta la puerta trasera de la casa.

Después de lo que pasó anoche, ahora sé que no podré resistir si volvemos a estar en una situación similar, y de hecho, creo que lo que pasó anoche me hizo entender que estoy lista para dar el siguiente paso en nuestra relación.