Eda Alaric y yo esperamos a pie de pista. No veo el avión por ninguna parte y cada minuto que pasa me voy poniendo más nerviosa. - Eda, cálmate. Han confirmado que tu amiga va en el Jet. Coloca su mano sobre mi hombro para tranquilizarme, y aunque debería estar eternamente agradecida por lo que ha hecho por mi, me separo de su contacto. - Es verdad, perdona. Mientras veníamos de camino le he explicado más o menos lo que ha ocurrido. Él también está decidido a partirle la cara en cuanto volvamos a Nueva York. Por fin un avión aparece a lo lejos, comienza a descender poco a poco hasta que las ruedas tocan la pista. Me retuerzo los dedos intentando contenerme. Abren la puerta del lateral y bajan unas escaleras. Corro hacia mi amiga. Por fin está aquí conmigo. Tengo que llamar a