—Deberías verte la cara… —se burló como siempre mi mejor amigo—, y recién es de mañana… ya te quiero ver a la tarde.
Gruñí, enfadado aún.
Anoche no había dormido de nuevo, pensando y dándole vueltas a la teoría de Ashton sobre qué era eso que Natalie no quería contarme.
Y ahora estaba 100% seguro de que mi primo tenía razón: lo que no había querido contarme, era la llegada de su mejor amigo a Estados Unidos, por miedo a mi reacción exagerada.
Y ahora estaba ahí, en la azotea de la escuela, obligado a aguantarme la escena frente a mis ojos y la risa de mi mejor amigo por eso.
Cualquiera diría que eran celos. Pero no, era una cuestión de principios.
¡Un tipo cualquiera no podía venir y coquetear con mi prima así como así! Había ciertas pautas que seguir… ¡como haberlo presentado prime
