Le di de cenar a Mederith mientras ella veía los dibujos y yo miraba preocupado el teléfono. No me había llamado en cuatro horas y no me había devuelto las llamadas y mensajes. Quería tirarme del pelo y golpear los muebles. Sin embargo, cogí un poco de puré y metí la cuchara en la boca de Med, que miraba atenta a la televisión. Mi móvil sonó y ni siquiera miré quien me estaba llamando, dando por hecho que era Scarlett. — ¿Scarlett? - dije levantándome de la silla. — No cariño - escuché la voz de mi madre. - Soy yo. ¿Qué ocurre? Suspire pesadamente y puse una mano en mi rostro, desesperado. - No ocurre nada. - Cuéntamelo. ¿Habéis peleado? - No, es... mamá es... muy fuerte lo que ha pasado. — ¿Qué ha pasado? Dudé en contárselo. Dude en contarle todo lo que nos estaba pasando, pero ne

