—Esto debe ser una maldita broma —Seguido del gruñido de Thomás escuchó el ruido de algo estrellándose. —. Primero te culpa de la muerte de tu hermano, ahora descaradamente intenta tocarte ¿le has dicho a tu madre? —No —Negó entre cortada. —¿Qué? Laura estás bajo el mismo techo que él, en cualquier momento puede...—Thomás bufó. —. Dios... —Thomás, yo no puedo darme el lujo de perder lo que recién estoy contrayendo junto a mi madre, además no sé si me creerá, lo siento pero esto me está matando, duermo con un ojo abierto, no he salido de mi habitación, y las pesadillas no faltan. Hubo un largo silencio detrás de la otra línea, Thomás estaba pensando, no podía agobiarla más reprochándole o incitándole a hablar con su madre, lo mejor sería calmarla. —Está bien, tranquila, no te preoc