POV. GEDEÓN. Entro a la casa con la cabeza llena de pensamientos después de dejar el ático donde he dejado a Vivian. No soy tonto; sé que la jugada que he hecho es arriesgada, que Vivian no es una mujer fácil de doblegar, pero tengo algo que ella aún no entiende y es paciencia. No me importa cuánto tarde, ella terminará siendo mía; así que, puede pelear todo lo que quiera. Cuando uno de mis hombres me informó que Vivian había salido con el doctor, supe lo que tenía que hacer. Tiré un poco de mis hilos para que Vivian viera un poco de lo que soy capaz de hacer por lo que me interesa. El imbécil del doctor que se atrevió a invitarla a salir solo sirvió para despertar algo en mí que no pienso dejar dormir nunca más. No es solo posesión. Es la certeza de que ella me pertenece. Y aunque por a