Me quito el calzado en cuanto cuando Gedeón se fue a darle las buenas noches a Ella. Me doy una ducha para sacar el cansancio y estrés del día que he tenido. Una vez fuera, me seco el cabello con el secador antes de dirigirme al vestidor donde está la maleta aun sin deshacer y escojo el conjunto más reservado y reconfortante que encuentro. Un pijama de satén en color n***o, de pantalón largo y camisa de botones. El tejido me acaricia la piel con una suavidad que agradezco. Me meto en la cama, dejando que las sábanas limpias me envuelven, y abro el libro que he traído conmigo. La luz cálida de la lámpara ilumina las páginas, pero no logro concentrarme. Leo las palabras, pero no las retengo. Cada párrafo se disuelve como tinta en agua. Cierro el libro con un suspiro y lo dejo a un lado. Doy