POV. GEDEÓN.
No estoy preparado para el vértigo que siento en cuanto veo el parque Rockefeller a través del parabrisas. No es miedo. Yo no siento miedo. Es algo peor. Es ese nudo asfixiante que aparece cuando sabes que podrías perderlo todo en un segundo si no te mueves a tiempo.
—¡Detén la camioneta! —ordenó antes de que estuviéramos completamente en la entrada. El vehículo frena en seco. Me bajo de inmediato, seguido por los hombres que vienen conmigo en la camioneta trasera.
Todos armados.
Todos atentos.
—Rodeen el maldito lugar —escupo, girándome con brusquedad mientras camino adentrándome hacia el parque. La grama bajo mis pies me hace sentir que no voy lo suficientemente rápido, es como si la tierra misma supiera que algo estaba a punto de romperse.
—¡Ubíquenlas ya! ¡Quiero
