Hago mi recorrido por el hospital y lucho contra un bostezo. La verdad es que ha sido una noche larga, y el cansancio comienza a asentarse en mis huesos. He pasado la mayor parte de la madrugada revisando expedientes y atendiendo a mis pequeños pacientes. Pero por fin estaba terminando la ronda, y aunque debería estar concentrada en eso, mi mente está en otro lugar. Más específicamente, en la cena de esta noche. Como dicen por ahí, "No hay plazo que no llegue, ni deuda que no se pague" Resoplo con frustración mientras avanzo por los pasillos. No quiero pensar en ello, pero es imposible ignorarlo. Gedeón había ganado la puja en la gala de recaudación, y con ello, una cena conmigo. Una cena que debo cumplir esta noche. Aprieto los dientes ante la idea. Me enerva la idea de verlo nuevamente