—No se arrepentirá—le interrumpe Denua enseguida.
—Pero este trabajo se llevará a cabo, bajo mis términos y condiciones, si es que pretenden usar mi buen nombre para semejante estupidez.
—Lo escucho—expresa Denua interesado.
—Bien, primero lo primero, la retribución que darán por ofrecerla, si lo hago, esta será para mí—menciona como primera condición, algo que intuí que Denua no estaría de acuerdo, ya que esta se la había prometido para él—segundo, en caso de ser nombrada como amante del rey, seré yo quien maneje sus finanzas y tercero, debo ser nombrado conde y trasladado a una residencia oficial de la corte en Vultur.
—¿No olvidas otra cosa? ¿Quizás pedir el trono?
—Es lo que pido si quieren mi ayuda—dice tratando de negociar con Denua, pero al compartir miradas sé que ninguno de l
