La Fiesta

2087 Palabras
Mientras me bañaba, recordaba el maravilloso día a su lado, del beso en mi mejilla cuando se despidió, también, recordé sus manos recorriendo mi cintura, ese beso apasionado en la piscina…     - Andrea, apúrate tenemos que salir a cenar con las chicas - el grito de Tatiana me despertó de mis lujuriosos. Ya Lista, salí rápidamente hacia el comedor. Estaban todas sentadas, esperando que Ileana acepte hacer una fiesta pequeña como despedida.     - Ok chicas, pero a la primera que vea haciendo algo indebido, la fiesta se cancela, ¿entendieron? - advirtió Ileana aceptando la idea de una fiesta y la participación de nuestros vecinos.     - Yeahhhh !!!! - Gritamos eufóricas  Con Tatiana sabíamos que era una idea estupenda, no notarián nuestra repentina desaparición. Fuimos a cambiarnos, esa noche era especial. ... Todo estaba listo para esa noche, había gaseosa, jugos, agua y algunas cosas para picar. Escogí un vestido amarillo de cuello alto sin mangas, ajustando la cintura con una pequeña correa, soltándose en la parte inferior, un poco más arriba de las rodillas. Cabello suelto y un poco de brillo labial. Tatiana usaba un vestido celeste con escote delicado, con una delicada manga en su brazo, dejando libres sus hombros, muy corto. Salimos del cuarto, estuvimos unos minutos en la fiesta de las chicas, el lugar estaba lleno de chicos que no conocía. Había llegado el momento de salir de allí. Nos escabullimos hasta la playa, los nervios se apoderaron de nosotras cuando llegamos a la pequeña puerta de su jardín; la gran sonrisa de Steve nos devolvió la seguridad. Su bermuda beige, zapatillas del mismo color y su camisa celeste ajustada le quedaba divino.     - Tati, Andrea, que gusto verlas, las estábamos esperando - dijo sin perder la sonrisa - que lindas están, ¿Por qué o para quién se arreglaron tanto? - agregó riéndose muy fuerte     - Hola Steve - contestamos sonriendo.     - Vamos, entren que la fiesta ya comenzó - acotó mientras se escuchaba la música. Abrió la puerta, había varios grupos de jóvenes parados conversando, todos muy guapos y las chicas ni qué decir, con sus vestidos cortos y entallados.     - Hola chicas, se ven espectaculares - saludó Robert con un tono encantador recibiendonos con un beso en la mejilla; su atuendo combinaba a la perfección, bermuda blanco hueso y camisa azulada muy ajustada - disfruten de la fiesta, adelante.     - Hola chicas, tomen esto. Especialmente para ustedes - Aparece Arturo con 2 vasos con jugo de uvas.    La bermuda negra con el polo beige y una camisa color camello combinaban perfectamente con sus hermosos cabellos dorados. Inmediatamente empieza hablar con Tatiana, alejándola de mi lado.      - Nuevamente en su burbuja de amor - suspiré. Mientras trataba de encontrar a Evan con la mirada.     - Ahí viene - señalaba Robert con la mirada, burlándose - lo estabas buscando ¿verdad? Sonreí tímidamente sin contestar, regresé a mirar a Evan mientras mi mente nuevamente trata de jugarme una broma, sentí su mirada penetrante, sus provocativos labios, se veía tan bien con ese polo rojo con cuello que revelaba su encantadora e imponente musculatura y su pantalón corto n***o ajustado al caminar.     - Andrea, límpiate aquí - bromea Robert, señalando un lado de su boca, soltando una carcajada. Nos reímos     - Hola - saluda mientras besa mi mejilla y coloca sus manos sobre mi cintura.     - Evan... - contesté un poco sorprendida por lo que hacía.   Robert y Steve nos dejaron solos, recibiendo a los invitados que llegaban.     - Vamos - dice con una sonrisa mientras me indica el camino al jardín. Todos nos miraban, sobre todo miraban la mano de Evan en mi cintura, era algo muy extraño. Salimos, llegamos hasta la piscina, que estaba iluminada con pequeños focos amarillos. El ambiente era muy romántico. Nos miramos fijamente.     - Luces tan hermosa - agregó,  tomando mi mano. Estaba tan nerviosa que no podía formular palabra alguna… solo atiné a esbozar una sonrisa pícara.     - Andrea... - se quedó callado después de eso - ¿Puedo besarte? - preguntó mientras sus labios se me acercaban, logrando que mis ojos se cierren automáticamente para disfrutar de cada beso y cada caricia. Me dio un besó la mejilla, después en la otra, uno en la nariz y lentamente se acercó a mi boca. Besándome suavemente, mientras mis manos apretaban las suyas. Sentí su mano abrirse, soltando mi agarre, para ponerlas en mi cintura, aferrando su cuerpo al mío. Era como un sueño, lo estaba besando, al mismo tiempo mi cuerpo tiembla por lo que me hace sentir. Me estremezco al sentir su lengua en mi boca, solo atino a jugar con ella, generando sofocación en todo mi cuerpo y humedad en esa zona entre mis piernas. Sus manos comienzan a moverse por mi espalda, mientras que las mías tiemblan al abrazarlo con fuerza. Estaba perdida en ese beso, es posible que me haga olvidar quien soy, era capaz de entregarme a ese hombre. Quería aferrarme a él, que me diga que me ama, que quiere estar conmigo, que soy especial para él.     - Andrea - dijo con respiración agitada, mientras se separaba de mis labios - Me vuelves loco! - agregó mientras me miraba a los ojos y retomar ese beso con más pasión. De mi boca salió un suave gemido, no podía evitarlo, era algo que no había experimentado antes. La risa de unos chicos nos interrumpió de inmediato, nos reímos al sentirnos expuestos. Nos sentamos en las sillas frente a la piscina, para calmar nuestra respiración y las ganas de comernos a besos.    -  Andrea, sé que no he sido muy amable contigo, pero es un poco difícil pensar en tener una relación, eres una joven hermosa de 16 y yo un hombre de 25, no creo que acepten nuestra relación - dijo un poco decepcionado, mientras se volteaba para mirarme a los ojos     - Evan, me gustas mucho, creo que es algo obvio ¿no? - dije con una sonrisa tímida.     - Esos ojos, esa mirada, me enloqueces Andrea - aseguró besando mi mano - Voy por un jugo, ¿te gustaría?      - Claro - contesté con una sonrisa y él regresaba a la sala. Estaba felíz, sin poder quitar esa sonrisa boba que Evan había logrado poner en mi rostro, todo era perfecto. Esperé unos minutos y Evan no regresaba, me puse de pie y veo a Tatiana salir de la casa, me miró y corrió hacia mí, diciendo que nos teníamos que ir.     - Andrea, vamos es hora de irnos - ordenó casi jalandome del brazo.     - ¿Qué te pasa? - repliqué algo molesta     - Ya es tarde, vamos - agregó     - No, espera. Vamos a despedirnos - refuté algo asustada pero con ganas de darle el último beso a Evan.     - Andrea, por favor, no es el momento - cuando dijo eso, algo en mí se estremeció -     - ¡Dime qué está pasando! Estas actuando de una manera extraña, ¿Pasó algo con Evan? - pregunté asustada , al no tener respuesta corrí hasta la puerta de la sala. Al entrar todo estaba normal, cambié mi postura de inmediato, sonreí, busqué a los chicos pero no estaban… corrí hasta la sala de estar - ¡los encontré! - dije, pero por el sonido de la música no lograron escucharme, entonces entendí que estaban discutiendo. Salieron todos por otra puerta dejando solo a Evan. A su lado apareció una joven muy hermosa, tan hermosa que empecé a sentirme celosa por su presencia.     - Xime no entiendo como puedes aparecerte de la nada en la fiesta - gritó Evan.     - Evan entiende no pasó lo que crees - le explica Xime - no pasó absolutamente nada, solo quería ser yo misma, entiende ¡YO TE AMO! - alza la voz mientras se acercaba a su boca. Al escuchar estas palabras mis ojos se abrieron de par en par, era imposible haber escuchado mal y sobre todo observar como ella lo está besando, sin que él haga algo por separarla, al contrario, él la abrazó con pasión, con furia y deseo a la vez, como si no pudiera respirar sin esos labios, como si los hubiera extrañado tanto… Me sentí morir, no podía reaccionar, solo sentí lágrimas caer por mis mejillas.     - Andrea ¡Es hora de irnos! - gritó Tatiana jalandome del brazo, solo pude ver la mirada asustada de Evan al percatarse de mi presencia. Robert y Arturo me ayudaron a salir por la puerta de la cocina, no quería caminar por toda la sala llorando como estúpida en plena fiesta. Miré a los chicos, aún sin reaccionar, mis ojos no dejaban de llorar, las lágrimas solo brotaban como si tuvieran voluntad propia, yo estaba destruida, me sentí burlada, usada…     - Andrea ¿Estás bien? - pregunta Robert, preocupado mientras pasa su mano por su cabellera castaña, aceptando que fue un error haberme invitado a la fiesta- ¡Contesta por favor! No podía hablar, me estaba ahogando con mis propias lágrimas, en mi dolor, después de haber visto a Evan besar de esa manera a esa chica, que para mí, hasta ese momento era una completa desconocida.     - Andrea reacciona, no podemos llegar así a la casa, Ileana nos mata - Suplicaba Tatiana- por favor, cálmate. La miré, empecé a llorar muy fuerte mientras me reprochaba lo que sentía.     - ¿Cómo pudo hacerme esto? Ustedes sabían que él no me amaba, ¿Por qué dejaron que se me acerque? - les grité con rabia, mientras lloraba.     - Lo sentimos Andrea, no es como piensas - dijo Robert tratando de justificar a su amigo - Evan estuvo con ella, pero fue hace años.     - Ahora entiendo porque la besó con tanta fuerza, la extrañaba demasiado - dije, llorando aún más fuerte- y yo… solo soy una tonta. - grité mientras mis manos pasaban por mi cabeza.     - Odiaba a Evan, yo solo le entregué mi corazón y él solo lo había pisoteado. Seguro seguía besando a esa chica, mientras estoy llorando por él - pensé.     - Vamos Tatiana, es hora de irnos -respiré profundamente- no tenemos nada más que hacer aquí. Salí directo al jardín, caminé tan rápido para evitar que los chicos me miren. No podía seguir causando lástima. ... Evan Solo le reclamé a Xime por su presencia en la fiesta pero… yo… solo… no esperaba que ella gritara que aún me ama. Y menos esperaba que se lance a besarme, después de todo no nos hemos visto en mucho tiempo. Sin embargo ese beso, me quemaba por dentro, ¿Lo deseaba? sí, no lo niego, pero me hacía sentir impotente, sentir odio y amor, deseo y aversión. Al tomar a Xime con fuerza, solo quería odiarla, gritarle que se largue, sin embargo solo le correspondía.  Después de ver la expresión en el rostro de Andrea supuse que no querría verme, no tengo excusa para justificar mis actos. Era un completo patán ante sus ojos. No podía evitar sentirme preocupado por ella, la había lastimado.     - ¿Quién es ella? ¿Otra más a tu colección? - pregunta Xime mirando mi reacción No sé la cara que puse, pero sabía que no era agradable, tanto que sentí un poco de temor en su mirada.     - Será mejor que te vayas - le dije de inmediato - ya bastante daño has ocasionado. - agregué retirándome de la habitación. Inmediatamente busqué a Robert, necesita saber de Andrea. Después de varios minutos, por fin pude encontrarlo.     - ¡Diablos Evan! ¿Como pudiste? Te dije que pensaras bien las cosas - reclamaba Robert decepcionado, mientras sus manos no dejaban de pasar por sus cabellos.     - ¿Dónde está Andrea? - inmediatamente pregunté     - Se fue- contestó Arturo molesto, casi susurrando.     - Tengo que ir a buscarla, no puedo dejarla así - agregué     - Ni lo pienses, no compliques más las cosas, si te ven solo ocasionarás un problema mayor para ella.     - Necesito verla, explicarle lo que pasó. - mis manos pasaban con rabia sobre mi rostro. Estaba desesperado, no podía quedarme de brazos cruzados. Fui en dirección a la playa, para poder aclarar mi mente. La vi, estaba sentada sola sobre la arena, podía ver sus manos acercarse a su rostro una y otra vez. No sabía si acercarme, dudaba de ir a buscarla, sabía que podía lastimarla otra vez. Sin notarlo, alguien se le acercó, se sentó a su lado, sentí celos, rabia, no toleraba que ese hombre se le acerque.  Pero, me resulta familiar ...
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