-Andrea-
Estuvimos hasta la medianoche sentadas en la arena, riendo, cantando y disfrutando. Pero algo me hacía sentir un poco incomoda, sentía una mirada penetrante que me observaba a lo lejos. Sin embargo no me atrevía a mirar. Sentía miedo, miedo de pensar que sentía mariposas en mi estómago por alguien a quien recién conocía, que tontería…
Era momento de descansar, todas entramos. Ileana pasó por cada habitación para corroborar que estábamos listas para dormir, con pijamas puestas y acostadas. Pero ella sabía que esa noche no dormiríamos, estábamos en modo confidente, contando nuestros secretos, nuestras anécdotas, riéndonos por todo y por nada… éramos felices.
En eso, escuchamos un murmullo y algunos pasos, eran mis compañeras saliendo de la casa para ir al encuentro de sus enamorados, sabíamos que si Ileana se enteraba regresaríamos inmediatamente, pero no queríamos eso, así que las dejamos pasar.
Estas salidas furtivas de madrugada eran inevitables, solo quedaba tratar de ocultar el hecho y rogar que no tenga consecuencias graves para una adolescente, quien solo piensa en el placer y disfrute del momento, desde mi cuarto pude escuchar las risas y conversaciones hasta quedar completamente dormida .
A la mañana siguiente todas despertamos temprano, excepto las que se habían escapado la noche anterior. El día era maravilloso y el sol en su punto para disfrutar del mar.
Terminamos el desayuno e inmediatamente nos fuimos al mar, ese día Tatiana y yo solo usamos un short pequeño y ajustado, sandalias playeras y un enorme sombrero para evitar broncearse demasiado. Y es que nuestra ropa de baño era de 1 sola pieza, algo infantil a comparación de las demás que llevaban un bikini de dos piezas, que resaltaba cada detalle de su cuerpo y sin dejar nada a la imaginación.
En fin, nos acomodamos en una de las sillas playeras con sombrillas, dejamos nuestras cosas, y empezamos a embadurnar nuestra delicada piel con el bloqueador. Quitarnos el short era un tanto incómodo, a pesar de ser mujeres.
Empezamos a jugar vóley, me hice en el pelo una cola, quedando mi espalda expuesta. Varias veces la pelota fue a dar a la puerta de la casa de Evan, cuando fue mi turno de recogerla, corrí lo más rápido que pude, pero al llegar a esa casa, me encontré con la mirada de los 4 chicos guapisimos. El reflejo del sol caía sobre sus bellos rostros, parecían modelos de revistas, con sus pectorales bien formados empapados por el agua de la piscina, provocando que la sangre suba a mi rostro, cubriéndome inmediatamente con la pelota mis pequeños pechos, que se veían aún más pequeños por el ajustado traje de baño azul marino.
- Hola - dijeron
- Hola - contesté muy nerviosa, casi tartamudeando, mientras sentía la mirada de Evan un poco evasiva.
- ¿Cómo te llamas? - preguntó inmediatamente Robert con una gran sonrisa pícara dibujada en su rostro al ver que intentaba escapar. - yo soy Robert.
- A .. Andrea - dije casi tartamudeando, regresando a mirarlos.
- ¿Tienes apellido? Así podemos ser amigos en f*******: - agregado, haciendo una pequeña mueca chistosa, escuchando la risa de sus amigos detrás de él.
- Soy Andrea Mertz - me presenté mirando a Evan, quien tenía puestos unos lentes negros de sol y miraba hacia el mar.
- Están en su viaje de estudios, entonces deben tener… ¿16 años? - agregó Steve, mientras levantaba una ceja, sin dejar de sonreír.
- Si, tengo 16 –Y para evitar que el interrogatorio continúe me despedí- nos vemos - dije mientras corría hacia mis amigas.
Escuché unas sonrisas mientras me alejaba. Decidí no continuar jugando, me senté sobre la silla a tomar un poco de agua, me sentí muy nerviosa, como si las piernas me temblaran, con un poco de decepción al recordar la cara indiferente de Evan.
Claro, ¿Cómo se va a fijar un hombre como él en una niña como yo? - me reproché, mientras me dejaba caer sobre la silla.
Y recordé que les había dado mi nombre, ¿me agregarían al f*******: ?, Inmediatamente cogí mi celular, entré a mi face y ya tenía una invitación de Robert.
Un poco asustada, acepte la invitación. Inmediatamente empecé a revisar sus fotos, me intrigaba saber algo más de Evan, si tenía novia o donde vivían.
...
-Ellos-
- Andrea… - dijo Arturo como un susurro.
- Puedo decir que es muy linda, tiene unos hermosos ojos marrones… - dijo Steve.
- Es muy linda, no hay dudas. ¿Qué opinas Evan? - preguntó Robert mientras agarraba su celular- al no escuchar respuesta, agregó sonriendo y mostrando su celular - ¡Andrea Mertz! Solicitud enviada.
- Arturo y Steve inmediatamente se aceraron a mirar la foto de la niña, sin creer que ese era su nombre, al mismo tiempo que sonaba el timbre del celular notificando que la solicitud había sido aceptada.
- ¡Me aceptó! - sonríen todos, mientras miran las fotos que tiene en su perfil.
- ¿Van a continuar jugando como niños? Buscando el perfil de una niña - dijo Evan un poco incómodo y con una media sonrisa mientras levantaba una ceja
Todos empezaron a reírse, por su comportamiento tan inmaduro.
- Acepto que es muy linda, su mirada inocente me atrae, pero no estoy seguro de lo que siento además ¿cómo podría interesarme a una niña?… - dijo Evan en un tono de resignación, mientras estaba de pie junto a la piscina con la mirada fija en el mar.
Todos se miraron al escuchar sus palabras, sintiendo que Evan se había enamorado, pero aún no estaba listo para reconocerlo y menos después de lo sucedido con Xime, algo que aún no superaba, o eso quería creer él.
Robert escribió un mensaje a Andrea, invitándola a su casa en la noche. Al cual no obtuvo respuesta inmediata.