Salidas Furtivas

990 Palabras
Después de buscar en el perfil de Robert las fotos de Evan y ver que aparecía con una chica diferente, me sentí abrumada; mientras el sonido del mensaje de Robert invitandome a su casa solo consigue crear inseguridad en mi.  Me quité el short, lo tiré sobre la silla y caminé sola hacia el mar, mojando mis pies, adentrando un poco más, no habría problema ya que el agua era tranquila y tibia. Me deshice de mi collet, dejando caer mi cabello ondeado por mi espalda. La brisa marina hizo que mis cabellos invadan mi cara, con una mano logré retirarlo hacia un lado, quedando la mirada de Evan y la mía conectadas. Él estaba parado frente a la piscina, mirándome fijamente. Sentía mi corazón latir tan rápido, mis manos temblaban mientras mi cara esbozaba una sonrisa, pero mi timidez me hizo bajar la mirada, sintiendo una mano que me jalaba, estaba tan confundida y nerviosa que no logré escuchar que Tatiana me llamaba. Al levantar la mirada, Evan ya no estaba más.     - ¿Qué te sucede? - Preguntó Tatiana, estás muy roja y no creo que sea una quemadura del sol. Le conté lo sucedido, confirmando nuestra presencia en dicha casa por la noche. Un poco sorprendida por su seguridad, solo asentí. ... Estaba tan nerviosa de ser descubierta por Ileana, o que las chicas se enteren que me escaparía. Era la primera vez que haría eso .. Tatiana por su parte estaba buscando algo lindo que ponerse. Me puse un vestido rojo de tiras ajustado de la cintura que resaltaba mis pequeños pechos, largo sobre las rodillas, mi cabello ondulado suelto y mis sandalias. Tatiana por su parte, usaría un vestido floreado corto y ajustado, es un vestido atrevido que muestra sus esbeltas y hermosas piernas, su cabello suelto y sus sandalias. Al salir agregamos un poco de brillo a nuestros labios.  En realidad salir era un poco fácil para nosotras, Ileana estaba ocupada persiguiendo a unas chicas cuyos enamorados llegaban a escondidas a visitarlas, ella confiaba en nosotras por eso me sentía aún más nerviosa. Tatiana se había encargado de convencer a Lucía de que saldríamos a caminar, ella siempre lo lograba. Llegamos a casa de Evan. Robert me esperaba con la puerta abierta y una gran sonrisa en el rostro.      - Hola Andrea, pensé que no vendrías - saludó Robert contento de verme-     - Hola Robert, ella es mi amiga, Tatiana - contesté un poco tímida, mientras le presentaba a Tatiana.     - Adelante… entren antes de que las descubran - agregó Al entrar en su casa, todo era de color blanco y celeste pastel, decorada con adornos marinos, en el centro de la lujosa sala había un impecable mueble blanco en forma de L y una mesa de madera y granito en el centro en forma rectangular. Se podía ver la división de vidrio del elegante comedor y otra pequeña sala de estar. Ellos estaban sentados sobre el cómodo y elegante mueble blanco conversando, lucían tan bien, que sentí la sangre subir hacia mi cara.     - Hola chicas - dijo Steve, mirándonos con ojos lujuriosos, al percatarse de nuestra presencia.     - Ella es Andrea y Tatiana - nos presentó Robert, muy contento.     - ¿Qué tal su estancia en esa casa? - preguntó Arturo, mientras nos miraba con una sonrisa pícara, coqueteando con Tatiana.     - Hasta ahora todo bien, mañana es nuestro último día, el jueves en la mañana regresamos a casa -contestó Tatiana con una sonrisa coqueta y la mirada fija en Arturo.     - Evan me miró con una media sonrisa y dijo- Hola, un gusto conocerlas.     - Traeremos un poco de jugo - Robert saltó en medio de la sala al ver que no había nada para nosotras, dirigiéndose a la cocina seguido por todos, hasta Tatiana se fue detrás de Arturo a la cocina, dejándome a solas con Evan.     - Hola - pronunció Evan con voz seductora, tanto que el cuerpo se me estremeció     - Hola - contesté mientras mi cara se tornaba rojiza     - Andrea siéntate - impuso, indicándo que debía hacerlo a su lado. Me senté, sentí mi corazón palpitar a mil por hora, las manos me sudaban, incluso sentí una sofocación en mi cuerpo.     - Eres una jovencita muy hermosa - soltó mientras sus ojos reflejaban deseo.     - mmm… - no pude formular palabra alguna, solo me puse de pie, me apresuré hacia la puerta, al abrirla sentí que una mano me sujetaba, era él.     - Lo lamento, no quise asustarte - agregó mientras su mano me sujetaba del brazo. Su mirada parecía sincera, lo miré a los ojos mientras nuevamente mi cara parecía un tomate - pero Andrea tienes que aceptar que eres muy linda. Sonreí, sintiendo que mis ojos volvían a su tamaño normal, pero, me sentía inquieta, nerviosa, como si quisiera salir corriendo, sentía miedo de cometer una imprudencia y abrazarlo, quería un beso, no podía creer que eso era lo que deseaba… un beso, mientras miraba sus rojos y carnosos labios entre su pequeña barba. Mi corazón late tan rápido que temo que Evan lo pueda sentir al acercarse, el solo hecho de que me sujete del brazo me estremece, sus grandes manos son tan suaves que siento un bochorno en mi cuerpo.     - Podríamos sentarnos en la piscina - pregunté, soltandome de su brazo, necesito que el aire fresco enfríe mi mente, mi cara y mi cuerpo.     - Si - me sonríe nuevamente. Caminando hacia la piscina. Hablamos de muchas cosas, me contó donde vivía, en qué trabaja y que estaba de vacaciones con sus amigos, pero era momento de volver a la sala.  Evan me indica por donde seguir, pero, no me percaté del charco en el piso, el cual me hace patinar, sintiendo sus manos pasar por mi espalda hasta mi cintura evitando que me caiga, pero…. Evan estaba tan cerca, podía respirar de su fresco aliento.   
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR