— ¿Qué pasa chico? ¿La pequeña rubia volvió al ataque? — preguntó Roger a mi lado. Sí, el maldito ángel y yo habíamos establecido algún tipo de compañerismo de alcohol. — Y con jodidamente todo, Rog, vino a joderme un poco más. Él rió. — ¿Y eso es posible? — Sí, ella tiene ese maldito poder sobre mí, ¿sabes? — ¿Y qué pasó? — dijo, tomando su trago. — Se va a casar mañana. — ¿Mañana? ¿Mañana no es la boda de la hija de Kil… — se me quedó viendo y rió —, no me jodas ¿Te follabas a la hija de tu Prez? ¡Qué hijo de puta! — sonrió. — No es divertido. — En realidad sí, bueno ya sabes, porque soy un ángel, no puedo evitar encontrarlo divertido. — Jódete Rog, te toca invitar a esta — le dije, pidiéndole otra cerveza al maldito barman. — Mierda. ¿Tú invitarte la anterior? — asenti. — Bi

