— Live, joder… luces como la mierda —dijo Jules.
— Carajo. ¿Cómo arreglo esos ojos? — dijo la tía Sandra.
— Bebé… tus ojos están demasiado inflamados — mamá colocó algún tipo de crema en mis ojos y en mis ojeras.
No me importaba, no había dormido ni una maldita hora, cuando llegamos al club, Max no estaba y tampoco había estado aquí en la mañana.
— ¿Puedo hablar contigo a solas? — preguntó mamá.
— En realidad no tengo ganas…
— Sí, bueno, no te estoy dando una opción — esta vez se puso seria. — Chicas, esperen afuera.
Todas se salieron, dejándonos solas.
— ¿Qué quieres?
— No tienes que hacer esto, al menos no hoy.
— Mamá todo está listo, no hay vuelta atrás — el único que podría evitarlo, se había ido.
— En serio, Olivia, no lo hagas. No estás disfrutándolo para nada, no es la bo
