Su dulce y suave voz era casi un sonido angelical para los oídos de William, Alex sonrió al ver a la bonita mujer y estiró su mano hacia ella, —Hola soy Alex, y ¿Tú eres?— —Soy Diana, la señora Judith me invitó —dijo Diana mientras estrechaba la mano de Alex, —Pasa por favor, permíteme ayudarte — dijo Alex y tomó la pequeña maleta que Diana llevaba con ella, Diana respiró hondo y entró a la cabaña, por dentro era muy lujosa, no le sorprendió mucho, era una cabaña enorme, sus ojos se encontraron con los de William casi de inmediato, y aunque trató no pudo evitar sonreír al verlo, —Diana, querida que bueno que llegas, por un momento creí que me dejarías plantada—dijo Judith mientras se acercaba ella para saludarla con un beso en la mejilla, —Jamás le haría eso— —Hola— dijo Leo cuan