Capítulo 12.- La cabaña.

3626 Palabras

Maldita sea la hora en que se me ocurrió poner esa cláusula tan tonta, ahora tenía que vivir con las consecuencias, si, a cada acción le corresponde una reacción, no hay mayor verdad que esa, —Te invito a tomar algo entonces, y después te llevo a tu departamento— dije sin ninguna otra opción, no me importaba si con eso podía pasar tiempo con Diana, —Esa idea me gusta— No era mi intención impresionarla, pero la llevé a un restaurante-bar muy conocido por la buena cerveza que servían, y por sus precios tan exuberantes, yo venía con Cedric cuando tenía ganas de beber, no me gustaban los lugares públicos por obvias razones, pero de vez en cuándo eso no me importaba, Trataba de ignorar las miradas de la gente, en aquel lugar algunos me reconocían y me saludaban por cortesía, en ese sitio

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