LX Los tres distinguidos compañeros se dirigieron hacia The Boot con intención de pasar la noche en tan decente albergue y buscar el reposo que tanto necesitaban, porque habiendo llevado a cabo la obra de destrucción que habían meditado, y teniendo en lugar seguro sus presas, principiaban a sentirse rendidos y a experimentar los efectos enervadores de los trasportes de locura que les habían arrastrado a tan deplorables resultados. A pesar de la lasitud y fatiga que le oprimía ahora, en común con sus dos compañeros, y seguro de que al igual que todos los que habían tomado parte activa en aquella operación, la estentórea alegría de Hugh estallaba de nuevo cada vez que miraba a Simon Tappertit, y se desahogaba —para indignación del caballero— con tales gritos y carcajadas que temieron que l