LXIX-1

2264 Palabras

LXIX Era medianoche, y estaba muy oscuro, cuando Barnaby se acercó con su vacilante amigo al sitio donde había dejado a su padre; sin embargo, pudo verlo ocultándose en la sombra y retirándose con precipitación, porque ni siquiera de su hijo se fiaba. Después de llamarlo dos o tres veces en vano y decirle que podía volver y que nada tenía que temer, dejó caer a Hugh al suelo y corrió en busca de su padre. El asesino continuó deslizándose furtivamente entre las tinieblas hasta que le alcanzó Barnaby. Entonces volvió el rostro y le dijo con voz terrible pero ahogada: —Déjame… No me toques. Se lo has contado todo a tu madre, y os habéis puesto de acuerdo para traicionarme. Barnaby lo miró sin contestarle. —¿Has visto a tu madre? —No —respondió Barnaby con ardor—, desde hace mucho tiempo

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR