05 - PIZZA

2084 Palabras
Observo mi reflejo frente al espejo mientras me ato el cabello en una coleta alta, una vez termino paso mis manos por mi uniforme n***o. Tomo mi cinturón de armas ajustándolo en mi cintura en lo que camino a la salida de la habitación encontrándome con dos de los hombres de la guardia de mi padre. - Comandante – me saludan a lo que yo asiento en lo que caminamos por el comando hasta la sala en la que al entrar noto que ya todos se encuentran allí. Mis ojos van hasta Santino Russo que me observa y la forma en la que lo hace me engrandece aún más el ego, me observa como si no fuera real. Sonrio internamente mientras avanzo hasta detenerme junto a mi padre sin perderme la forma en la que continúa observándome, como si al apartar la mirada fuera a perderse de algo fascinante. Respiro profundamente adoptando mi pose cargado de superioridad y arrogancia recordando nuestra interacción de hace rato, está molesto por todo lo sucedido en la misión de rescate que les fue asignada, pero eso me importa una mierda ya que mi autoridad esta sobre la del resto de los comandantes, no por ser hija del ministro, sino por mis méritos. Santino y los demás no han estado en misiones tan importantes o peligrosas como las mías, es por eso que ascendí a comandante en tan poco tiempo. Moldee a mi equipo a mi antojo convirtiéndonos en los mejores entre los mejores, si los SIMF son la elite, mi equipo es la elite de esta elite. - Lamento la tardanza – hablo apartando la mirada de esos hermosos ojos negros concentrándome en lo importante. - Esto es un poco inusual, pero quiero que se conozcan – habla mi padre observándome antes de pasear la mirada por la sala. - Para quienes no me conocen – hablo hacia los miembros de los Cerberus – soy la comandante Circe Starkov, Líder del equipo Alpha ruso conocido como los Spectrus, mi teniente, Anthon Kozlov – señalo al ruso a mi derecha – mi sargento, Chen Tao y el medico de mi equipo Noah James – los miembros de mi equipo asienten en mi dirección. - Soy… - Santino trata de hablar, pero lo interrumpo. - Se perfectamente quien eres y quien cada m*****o de tu equipo – la arrogancia en mi voz le hace fruncir el ceño– antes de que abordemos el tema por el que pedí que nos reuniéramos… - en ese momento me detengo al ver como uno de los hombres de la guardia de mi padre llega con mis bebés ya bañados. Voy hasta ellos hincándome para quitarles la correa con la que los traen antes de volver junto a mi padre con ellos tras de mí. - Falta ellos – habla Santino haciéndome enarcar una ceja. - Anubis y Odín – les hago una señal a mis bebes para que se sienten – voy al punto. – todos asienten con la cabeza – la misión en la que mi equipo y yo estábamos era de darle baja al mercenario Samir Qasimov, pero este al ser un fantasma tuvimos que estar infiltrados cinco meses. - ¿Cómo logras infiltrarte? – pregunta Enzo Salvatore haciendo que todos nos volvamos a verlo antes de que yo ruede los ojos. – disculpa, pero eres una mujer que no pasa desapercibida. - Gracias, pero nada que el maquillaje y las pelucas no puedan solucionar –hablo sin más – durante estos meses descubrimos algo sumamente importante y para esto necesito el apoyo de otro equipo… - ¿Qué descubrieron? – interviene Santino lo que me molesta ya que odio que me interrumpan. - Primero debe responderme una pregunta – me vuelvo hacia él observándolo a los ojos - ¿tengo tu apoyo? Si bien sé que son los mejores, lo que descubrí en esta misión es sumamente importante. Por ende, peligroso. Así que antes de hablé de lo que descubrí él como comandante debe decidir si está conmigo o no ya que la información de cada misión es confidencial y aunque seamos equipos de elite no se nos permite saber detalles sobre las misiones de los demás. - Te escucho – responde sin más a lo que yo asiento, me vuelvo hacia mi padre que asiente con la cabeza dándome a entender que continúe. - Durante la misión descubrí que dentro del mundo criminal hay una especie de “elite” – hago comillas con los dedos – por decirlo de alguna forma, esta elite está formada por tres hermanos que manejan tres de los pilares de mas importantes en el mundo criminal. – empiezo a caminar por la sala hasta Noah que me extiende un paquetico de color n***o él cual me hace sonreír – drogas, armas y trata de blancas… - tomo el paquete sacando de esta una gomita acida. - Conocemos a los cabecillas de las más importantes organizaciones… - interviene haciéndome enarcar una ceja. - Lo sé y cuando me lo dijeron pensé lo mismo – vuelvo junto a mi padre que vuelve asentir con la cabeza indicándome que continúe – yo estaba de infiltrada en el burdel más importante y lujoso que tenía Qasimov… - Se supone que son los mejores – interrumpe de nuevo Santino haciendo que mi padre y equipo se tensen. - ¿Cómo los descubrieron? - No se supone – mi tono de voz de vuelve un poco amenazante – somos los mejores – enarco una ceja acercándome a él de forma intimidante, pero él se pone de pie tratando de intimidarme con su altura y tamaño. Mi equipo se pone de pie poniendo en alerta al suyo que hace lo mismo, le hago una señal a mis hombres para que tomen asiento lo cual hacen con la mirada fija en Santino y su equipo. - Respondiendo a tu pregunta – hablo sin moverme ni un centímetro – no nos descubrieron, yo di su posición… - ¿Qué? – pregunta él observándome incrédulo - ¿lanzaste a tu equipo como corderos a la boca del lobo? – sonrio con cinismo notando como se enoja ante mi reacción a su pregunta. - Por qué no eres buen chico y te sientas – hablo viendo sus ojos brillar de furia – empieza a cansarme el cuello. - Tome asiento comandante Russo – escucho que ordena su hermano a lo que el enorme hombre frente a mi obedece. ¿todo en el será igual de enorme? Me pregunto volviendo junto a mi padre. - Era necesario para confirmar la información que me habían dado – respondo observándolo – pero no soy tan estúpida como para ponerlos en peligro, por eso solicite primero la extracción antes de revelar la posición de cada uno. – asiente con la cabeza lanzándome una mirada asesina la cual ignoro por completo. – volviendo al tema importante, cada uno de los hermanos controla uno de los tráficos y nada se mueve sin que ellos lo autoricen. - ¿Qué información tenemos sobre ellos? – pregunta el general italiano mientras yo como otra gomita. - Por el momento, solo una imagen – le hago una señal a Tao para que enseñe la foto. - ¿Quién es? – pregunta mi padre observándome - No lo sé – me encojo de hombros ganándome una mirada incrédula de todos los presentes exceptuando a mi equipo – solo sé que tiene dos hermanos y los tres son como la realeza o máxima autoridad del mundo criminal. - ¿Cómo se supone que daremos con ellos? – pregunta Santino visiblemente molesto – describes fantasmas… - Que suerte que soy un espectro, el mejor debo aclarar – respondo observándolo con superioridad. - Cuanta humildad – el sarcasmo en su voz me hace sonreír - Soy buena cazando fantasmas – respondo sin más metiendo mi mano en uno de los bolsillos de mi pantalón tomando la USB que me dio mi informante extendiéndosela a Tao – obtuve esta información antes de salir de Azerbaiyán – noto que en la pantalla aparece un mapa con tres puntos rojos en el – sé que la información es inútil, pero podemos empezar por aquí – señalo la pantalla – cuando descubramos que hay allí, sabremos donde buscar. - Si esto es verdad – habla de nuevo retándome con la mirada – daremos un golpe nunca antes visto. Es verdad, no estamos hablando de una organización poderosa. Si la información llagase a ser verdad estaríamos debilitando el mundo criminal. Misiones como esta me han dado los méritos necesarios para estar en la posición en la que me encuentro ahora y en la que estere cuando esta misión termine. - Estoy contigo – responde a lo que yo asiento con la cabeza. - Voy a darles una semana – habla mi padre observándonos – una semana para que descansen… - No es… - trato de hablar, pero mi padre me lanza una mirada la cual me manda a callar. - Los dos equipos acaban de regresar de misiones largas – asiento con la cabeza dándole la razón – y esta misión requerirá que los ocho estén en óptimas condiciones. - Pueden retirarse – ordeno a mi equipo en lo que mi padre le hace una señal a los demás para que hagan lo mismo. Santino me observa antes de ponerse en pie saliendo tras los demás dejándome a solas con mi padre que se sienta observándome visiblemente preocupado, me siento a su lado tomando una de sus manos. - ¿Qué pasa? – pregunto mientras mis bebés se acercan a nosotros y es Anubis que recuesta su cabeza en la pierna de mi padre. - Si esto es verdad – empieza hablar acariciando la cabeza de mi bebé con su mano libre – será peligro… - Que misión no lo es – comento divertida tratando de que se relaje. – estaré bien – beso su mano a lo que él me sonríe. - Tu madre está en camino – me informa a lo que asiento – prepare todo para que estés cómoda aquí. - Estamos en Italia, ¿Cómo no lo estaría? – ríe un poco haciendo que me ponga de pie para abrazarlo – cuando esto termine, seré general… - La primera mujer y más joven en la historia de la SIMF – asiento con la cabeza besando su cabeza – vayamos a comer. - Esa idea me gusta. Un rato después estamos entrando al centro de Milán ya que el comando italiano se encuentra a hora y media de esta ciudad. cuando bajamos del auto me aferro al brazo de mi padre en lo que caminamos por las hermosas calles de esta magnífica ciudad. Mientras lo hacemos observo a mi padre que se ve relajado lo que me hace sonreír ya que es algo que los dos disfrutamos. Desde que entre a la academia mi padre y yo siempre hemos tenido estos momentos en los que ponemos nuestras mentes en blanco fingiendo que somos un padre e hija común y corriente. Puede que no sea hija biológica de Elken y Adal Starkov, pero desde que llegue a sus vidas me han amado como si llevara su sangre. Sé cuánto se preocupan cuando estoy en alguna misión, cuanto les temen recibir una llamada en la que les informen de mi muerte y es por eso que cuando tenemos un momento como este, los disfruto al máximo. - ¿Qué quieres comer? – pregunta haciéndome sonreír. - ¿Pizza? - Pizza será – responde en lo que nos encaminamos a la pizzería donde comemos mientras hablamos de trivialidades hasta que mi padre pregunta algo que me deja sin aliento. - ¿me darías un nieto? – me atraganto con mi bebida observándolo. - ¿Qué? – pregunto riendo un poco perpleja. – ni siquiera tengo novio… - ¿alguna vez te lo has planteado? - ¿la verdad? – pregunto a lo que él asiente con la cabeza – no, jamás me había pasado por la cabeza, nunca he tenido siquiera una relación seria. - ¿podrías planteártelo ahora? – pregunta visiblemente ilusionado. - ¿Alguna razón en especial? – sonrio comiendo un poco un poco de pizza. - Temo que no vuelvas y si eso llega a suceder, no tendré nada de ti que evite que me derrumbe – la boca se me seca porque es algo que es la primera vez que habla de su más grande miedo.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR