Cuando Leandro entró a la habitación donde se encontraba su madre su corazón se oprimió al ver su estado, aquella mujer que le había dado la vida se encontraba conectada a muchos aparatos que la mantenían con vida. Él era consciente que era el responsable de aquello, si jamás hubiese entrado al bajo mundo eso no hubiese ocurrido. Si no hubiese sido por su ambición por el poder no se hubiera metido en la mafia. Lamentablemente el hubiera no existía y salirse de la mafia no era una opción. Pero si algo podía hacer era vengarse de los responsables de aquello, nadie se metía con él. Y eso todo el mundo lo sabía. Se acercó a la camilla y tomando la mano de su madre le habló: —Mamá, no me dejes —fue lo primero que salió de su boca. Su madre acarició su mano y lentamente abrió los ojo