05

1179 Palabras
SOFIA… Observo lo que hay frente a mí, veo una mesa preparada para dos, adornada con velas y rosas, frente se ve gran parte de la ciudad. Es realmente hermoso lo que Blake ha hecho para mi        -              Es bellísimo – digo alucinada ya que nunca nadie había hecho algo como para mí. -              Quería que fuera especial – dice junto a mí. -              ¿Eso le dices a todas? – me vuelvo para verlo de frente. -              La verdad es que nunca lo había hecho – responde como si nada – con las demás solo con una copa bastaba. – dice y yo sonrió - ¿cenamos? Caminamos hasta la mesa y el me corre la silla para que pueda sentarme y luego tomar su asiento.      vienen unos meseros hasta nosotros con una botella vino el cual sirven rápidamente. -              ¿Te gusta? – pregunta -              Me sorprendiste – digo bebiendo un poco de vino – no me lo esperaba, creí que iríamos a un restaurante normal. -              Esto es mejor que un restaurante – responde tomándome de la mano. -              Eso es cierto – digo mirándolo a los ojos - ¿me dirás el motivo de la cena? – en ese momento nos sirven la cena. -              Conocerte – responde como si nada – desde ayer que te vi por primera vez me tienes hechizado. -              ¿Ahora resulta que soy una bruja? – digo fingiendo molestia. -              Y una muy hermosa – dice y yo sonrío – y con los ojos más espectaculares que he visto jamás. -              Solo son azules – respondo y él sonríe de una manera tan sensual que casi me atragantó con el salmón. -              Para mí son increíbles y tu mirada hace que sienta cosas que nunca antes he sentido – me dice y yo me sorprendo. -              Vaya que eres bueno – digo tomando mi copa de vino. -              Es enserio – responde – no sé si estoy enamorado pero lo que sí sé es que me gustaría que me miraras cada día, no importa si es con amor, ternura, enojo, lujuria, diversión, no importa – dice poniéndose de pie y viniendo hasta mí, toma una de mis manos y me hace poner de pie quedando pegada a su cuerpo y viendo directo a los ojos – lo único que quiero es saber ¿te darías una oportunidad conmigo? -              No nos conocemos – trato de mantener la calma, por qué lo único que quiero es arrojarme a sus brazos y besarlo. -              ¿Cuál sería el objetivo de una relación? – pregunta cada vez más cerca de mis labios – tendríamos mucho tiempo para conocernos. -              Debes saber que soy una mujer muy ocupada… -              Igual yo – me interrumpe - ¿alguna otra objeción? -              Solo dímelo como es correcto – digo y él sonríe. -              Sofía Ferrer, sé que hace solo un día nos conocemos, pero quiero saber cuál es tu color favorito, tu comida favorita, tu marca de ropa favorita, el olor de tu perfume y muchas cosas más sin que tú me lo digas – dice rozando mis labios – no sé si esto vaya o no a funcionar pero si somos un desastre quiero averiguarlo. Por eso de pido ¿quieres ser mi novia? – pregunta mirándome a los ojos y yo siento las piernas flaquear. -              Si – digo para luego juntar mis labios con los suyos en un delicado beso. El primero de muchos. Después de nuestro primer beso nos sentamos a terminar de comer mientras hablamos de cosas triviales y sin importancia. -              ¿a dónde irás luego de Washington? – pregunta -              A Chicago – respondo y él me sonríe – no voy a pedirte que vayas conmigo por qué sé que tienes tus compromisos, pero yo estere un tiempo viajando. -              ¿Lo haces cada año? -              Desde que abrí todos los restaurantes y discotecas – digo terminando de comer – suelo tardarme un mes completo además de que es bastante agotador. -              ¿Dónde vives? – pregunta muy interesado -              En Nueva York ¿y tú? -              También. Luego del postre el me acompaña hasta el hotel, allí nos despedimos con un beso lleno de pasión además de una promesa silenciosa de que nos veremos pronto.  Cuando entro a la habitación me siento en las nubes, parezco una adolescente y no una mujer de veinticinco años. Pero lo que pasó esta noche jamás me había pasado. Antes de que ganara la lotería, mi único propósito era sobrevivir, por lo que no tuve tiempo para relaciones. Luego me concentré en poner en marcha mi empresa que jamás tuve el tiempo para pensar en lo que pienso ahora recordando a Black. Cuando estoy en mi cama recuerdo que no intercambiamos números de teléfono, pero justo en ese momento suena mi celular. -              Hola – contestó -              Solo quería decirte que fue una noche magnífica y que estaré esperando tu regreso – sin más cuelga dejándome con una estúpida sonrisa. Antes de dormir guardo el número aún con la sonrisa en mi rostro. Veinte días después estoy en Atlanta revisando la contabilidad y todo lo relacionado con el restaurante en la ciudad cuando uno de los camareros se acerca a mí con una caja en sus manos. -              Señorita Ferrer, esto acaba de llegar para usted – dice poniendo las cajas con flores sobre la mesa en la que estoy sentada. Observo las rosas y casi todas son rosadas mis favoritas y en el centro hay diez rosas rojas formando la inicial de mi nombre. Mi relación a “distancia” con Blake está yendo de maravilla, hablamos todos los días y él se las arregla para hacerme llegar un detalle a donde yo esté. En una semana terminaré el recorrido y volveré a Nueva York donde lo veré de nuevo. -              Que hermosas – susurro cuando ya me he quedado de nuevo sola. -              ¿Te gustan? – escucho su voz justo tras de mí por lo que me vuelvo rápidamente y lo veo de pie tras de mí. -              Estas aquí – digo tratando de controlar mi emoción -              Pero que recibimiento más frío- dice divertido y yo me pongo de pie caminando hasta él – me moría de ganas de verte – dice abrazándome y yo a él. -              Gracias por las flores – digo para luego besarlo mientras él me abraza pegándome más a su cuerpo. - ¿qué haces aquí? -              Aparte de venir a verte – responde mientras nos sentamos – tengo una reunión aquí en Atlanta mañana. -              Y yo me voy mañana – digo y él sonríe -              Lo sé, por eso viajé un día antes para verte – dice tomando mi cuello atreves de la mesa para besarme. – ¿cuánto te falta? -              Una semana, tres ciudades – respondo rodeando la mesa para quedar frente a Blake que me toma de la cintura pegándome a su cuerpo. Un rato después ya que tengo una reunión que no puedo aplazar. Durante un par de horas termino todos mis pendientes por lo que despejo mi agenda para pasar el resto del día con mi novio. 
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR