Solo una Mirada

04

BLAKE…

-              … ¿Cuéntame de ti? – pregunto y es que me tiene muy intrigado.

-              No hay mucho que contar, tengo veinticinco años, soy huérfana, pase toda mi vida en un orfanato, a los veinte años la vida me dio un golpe de suerte y gracias a eso es quien soy ahora – me dice y me sorprende aún más. - ¿y tú?

-              Tengo treinta años, soy hijo único, soy vicepresidente de la corporación de mi padre y acabo de descubrir un nuevo gusto – digo y ella me observa curiosa – tu mirada.

-              ¿es tu forma de conquistar? – pregunta bebiendo un poco de su copa.

-              No, sólo soy sincero contigo – digo y es que es la verdad su mirada me trae loco – tus ojos me han hechizado desde el momento en que te vi por primera vez.

-              Eso es tan cliché

-              Cena conmigo – digo cambiándome de lugar para estar junto a ella.

-              Lo acabamos de hacer – responde divertida acercándose un poco más a mí.

-              Sólo nosotros, como una cita – insisto

-              Mañana viajó a Washington a supervisar mis negocios allí – dice acercándose a mi boca – recógeme a las ocho.

Cuando estoy a punto de besarla ella se levanta y comienza a caminar hacia la salida de la zona Vip dejándome completamente deseoso de probar sus magníficos labios.  Al vuelvo al hotel parezco un zombi, camino por inercia ya que en todo lo que puedo pensar es en Sofía.

Me doy una ducha rápida para luego desnudo me acuesto y trato de trabajar, le envió un correo a mi asistente anunciándole de nuestro viaje a Washington y sin más me acuesto a dormir.

Al día siguiente después de diez horas de vuelo llegamos a Washington y yo me encuentro muy ansioso de que voy a verla de nuevo, además de cerrar un par de tratos con algunos socios. Así que una vez aterrizamos me dirijo a la sede de la empresa de mi padre que hay en la ciudad.

Cuando falta media hora para las ocho decido dar por terminado el día laboral a que falta muy poco para verla de nuevo.  Salgo del edificio recibo una llamada de mi padre Luciano Miller.

-              Padre – digo subiéndome al auto.

-              Hola hijo – me responde con su usual ternura – ¿dónde estás? No te encuentro ni con mi GPS – dice divertido

-              Que exagerado – respondo riendo – estoy en Washington cerrando algunos negocios.

-              ¿Cuando vuelves a nueva York? Tu madre quiere que vayamos a cenar con una de sus amigas y su hija – me dice algo exasperado. 

-              ¿de nuevo papá? – pregunto igual que él – ¿cuándo parará?

-              Hasta que te vea casado con la hija de alguna de sus amigas – responde

-              Dile que pasó- respondo llegando al restaurante – no sé cuando vuelva a Nueva York, papá tengo que dejarte.

-              Llama más seguido a tu viejo – me dice divertido

-              ¿tienes presente que tengo treinta años?

-              Para mí siempre serás mi pequeño -  dice riendo para luego colgar al tiempo que el auto se detiene.

Me bajo del auto y camino hasta la entrada del restaurante, observó con fascinación que es igual que el de Miami. Al entrar me acerco al maître.

-              Buenas noches – me saluda con amabilidad – bienvenido al Secret's ¿tiene reserva?

-              Me espera Sofía Ferrer – digo y el joven se sorprende.

-              ¿Blake Miller? – dice mirando en su libro.

-              Si

-              La señorita Ferrer lo espera en la zona tres, sígame.

Me guía por un largo pasillo hasta una puerta que dice zona tres, junto a la puerta hay un panel y el joven pone una tarjeta sobre el haciendo que la puerta de un ascensor se abra.

-              Disfrute su velada – dice para luego irse mientras subo al ascensor, dentro solo hay dos botones con sus respectivas fechas una arriba y la otra abajo. Presiono el primer botón y en un instante estoy entrando a la zona tres donde me espera una chica.

-              Bienvenido señor Miller – me saluda – sígame.

Caminamos hasta una puerta y ella con una tarjeta la abre, al entrar la veo sentada tecleando concentrada en su portátil, la repasó con la mirada y reafirmó, es bellísima, tiene su hermoso cabello castaño suelto, maquillada de forma natural, aunque resalta sus ojos. Va vestida de n***o luciendo magnífica.

-              Buenas noches – digo y ella levanta la mirada para verme.

-              Hola – dice cerrando el portátil – viniste

-              No me lo perdería por nada – digo acercándome ella - ¿nos vamos?

-              Creí cenaríamos aquí – dice confundida

-              Quiero invitarte y no que tú me invites a mí – digo y ella sonríe haciendo que la respiración se me detenga un poco.

-              Esta bien – responde poniéndose de pie - ¿a dónde vamos?

-              Es una sorpresa.

Salimos del restaurante y nos subimos a mi auto en completo silencio, estoy muy nervioso, no sé qué pensara ella de la sorpresa que le tengo.

-              Sofía – digo y ella se vuelve a verme, me desnudo la corbata mientras ella me observa – tengo que vendarte los ojos. – ella me observa con los ojos entrecerrados. 

-              ¿No vas a matarme verdad?

-              Sería un sacrilegio – digo y ella ríe.

-              Esta bien. – dice dándose la vuelta para que yo le ponga la venda. Mientras pongo la corbata sobre los ojos rozo delicadamente su cuello y veo como su piel se eriza.

-              ¿no eres un psicópata verdad? – pregunta divertida.

-              Te dije, eres hermosa y sería un sacrilegio atentar contra ti – digo acariciando con un dedo su hombro deleitándome con la suavidad de su piel.

Unos instantes después llegamos a la empresa de mi padre. La ayudó a bajar del auto guiándola por el edificio hasta el último piso y de allí a la azotea del edificio.

-              Hace frío – dice ella pegándose un poco más a mí.

-              Espera un momento – digo deteniéndonos, me quito mi abrigo y lo pongo sobre sus hombros.

-              Gracias – responde mientras le quito la venda de los ojos. – ¡ahí por Dios!