Hoy era el día de mi revisión médica. Los últimos días habían sido normales por decirlo de alguna forma. Dante al parecer ha puesto un alto definitivo a su madre. Sí, Celina debe de estar amándome más de lo que ya hacía. Suspiro. ― ¿Por qué tan afligida? Levanto la vista y en la entrada del restaurante está Alexis Anderson con una sonrisa socarrona. El hombre ya es frecuente en el lugar. Es amable y un coqueto de primera. A pesar de todo me cae bien y siempre ha sido educado conmigo. Sorbo de la bebida ante de responder. ―Aún no estamos abiertos al público. ―Lo sé. Avanza hasta mí y se sienta en la silla de enfrente. ―Pero, no puedo evitar visitarte y saber que ya no estás tan enojada y triste como hace días atrás cuando te conocí. ―Verás, así somos las mujeres, temperamental