CONNOR. —La verdad no se qué hago aquí —dice Kayler mientras sostiene el control remoto de la televisión. La enciende. Alzo una ceja y me siento en el otro sillón. Hace un rato vino, pero me sorprendió no ver a Carolina aquí. —Bueno, allí está la puerta. No detengo a nadie —rasco mi cabello. Aún tengo sueño. Estaba solo en bóxers. Kayler suspira como diciendo dame paciencia. —¿Como van las cosas aquí? ¿Nicholas no ha hecho de las suyas? —inquiere, subiendo los pies a la pequeña mesita frente a él. —Todo en orden, ellos están... obedientes —respondi. Si se entera de lo que ellos habían estado haciendo... habrá sangre. —¿Porqué no vino Carolina contigo? —quise saber. La verdad tenía muchas ganas de verla. Me miró, una mirada de reproche. —¿Para que la quieres ver? —me pregunta a la

