Franki: Me sentí sumamente ofendido, de echo, nadie me había ofendido tanto en toda mi puta vida, “Solo hablaba con su hija”, ¿Mi hija?, me miré al espejo y no entendí por qué ese idiota dijo eso, no me veía tan viejo, solo tenia 35 años, ¿De que carajos hablaba ese tipo?. Recordé como puse a la tutora, ¡Cielos!, casi pierdo el control sobre ella, solo quería asustarla un poco, bueno, si me puso celoso, en un principio quería despedirla, olvidarme de ella, pero apenas di media vuelta, tenía esa necesidad de volver por ella, no sabía cómo explicarlo, me sentía mal, ella me hacía sentir mal, a mi, a Franki Fiorelli, ni siquiera Giselle me hizo sentir tan enojado. Salí del baño y baje al restaurante del hotel, en una mesa estaba mi hija, Alex, Nana, y Ronnie, también estaba Marco, uno de l